Ayer vino mi hermana a
verme y me preguntó que si tenía un “chafapatatas” de más. Lógicamente no tenía ningún otro. ¿Qué iba a hacer con dos?
Pues nos fuimos de
compras de “chafapatatas”.
Tuvimos una suerte
increíble. Justo al cruzar la calle nos metimos en CASA VIVA, la tienda de
cosas para la casa que tengo enfrente, y lo encontramos.
No es como el mío, pero
compró dos para que su marido, “el alemán”, chafara las “Kartoffeln” a dos
manos.
Tenía unos 150gr de
ternera y 150 de cerdo picados. Utilicé también una patata, un cuarto de
cebolla, un huevo mediano, un poco de leche, unas ramitas de perejil, harina,
aceite, mantequilla, sal y pimienta.
Lo primero herví la
patata que, una vez pelada, resultó pesar unos 100gr. Mientras en una mini
sartén, con muy poca mantequilla, puse el cuarto de cebolla picado, pesaba
30gr, a pochar y dorar.
Le añadí un poco de
leche y un pellizco de mantequilla. Luego el perejil picado, el huevo y la
cebolla doradita. Removí y le añadí la carne. Una vez mezclado corregí de sal y
pimienta y lo puse a reposar en la nevera pues lo notaba un poco demasiado
blando. Al cabo de una hora,
hice las albóndigas, las enhariné y las cociné con mitad aceite y mitad
mantequilla, vigilando que no se quemaran.
La verdad es que sí eran bastante blandas, ya se ve, en vez de redondas salieron un poco achatadas.
Seguramente
le eché demasiada leche, pero estaban muy tiernas, jugosas y delicadas.
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