Ya he vuelto. Ya estoy
en mi casa. Después de casi siete meses de mami, ya iba siendo hora de
“vuelveee, a casa vuelveee, casi por Navidaaad”.
La verdad es que en casa
de mis padres no he parado de hacer cosas. Guisar, poquito, poquito, pero del
resto, de todo. El caso es que ya estoy aquí otra vez, y como me he traído algo
de verdura de la huerta, hoy voy a hacer una preciosa berenjena rebozada. No es
que sea muy difícil, pero tengo otro truco para ensuciar menos y por lo tanto,
fregar poco.
Solo necesito la
berenjena, un huevo, pan rallado, aceite y sal.
Y aquí está el truco.
Con un trozo grande de
papel para horno, le pongo el pan rallado y rebozo las berenjenas levantando de
golpe los lados del papel para que el pan rallado les caiga encima. Luego lo
doblo y lo presiono. Así no ensucio ni el plato ni las manos. Luego lo cierro
con los restos y lo tiro directamente a la basura. ¿Cómodo, verdad?
Frío la rodajas con
abundante aceite caliente y las pongo entre papel de cocina para quitarles el
aceite sobrante.
Les he puesto unas ramitas de albahaca para que en la foto queden más bonitas, pero la verdad es que no pintan nada con las berenjenas.
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