No me gustan los dulces,
dulces. Eso ya lo habéis notado.
Pues ayer, como hizo
frío, me hice un chocolate salado y me lo comí con polenta.
He de puntualizar que la
polenta es un plato típico montañés del norte de Italia y que es un espeso puré de maíz
que se come con leche, mantequilla, queso o guisos salseados.
En casa, cuando mi madre
hace polenta, siempre le pregunto si ha hecho el chocolate. Pero ni es
chocolate ni tiene nada que ver, lo único que lo recuerda es el color.
Pues bueno necesitaré
unas morcillas negras de cebolla, mantequilla, cebolla, leche y, por supuesto
la polenta.
He pesado los
ingredientes y he utilizado unos 120gr de morcillas peladas, 80gr de cebolla, 60gr
de mantequilla y unas cinco o seis cucharadas de leche para la salsa.
En un cazo (mi madre usa
uno de barro pero no tengo) pongo la mantequilla y trasparento la cebolla.
Cuando está cocida le añado las morcillas desmenuzadas y la leche.
Remuevo, salpimiento y
dejo cocer unos minutos. Cuando no está tan caliente, lo trituro y lo dejo
hecho salsa.
Lo pongo en bol y lo
reservo.
Ahora voy a por la
polenta. He utilizado la precocida porque no pienso ni por un momento pasarme
una hora y media removiéndola en los fogones como hace mi santa madre.
Sigo las instrucciones
del paquete y cuando está, la pongo en un bol envuelta
en una servilleta y me la llevo a la mesa.
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