Voy a poner en práctica tres
trucos que me han recomendado. Como quiero hacer una receta invernal, voy a ver
si puedo pelar “sin esfuerzo” las castañas.
He probado de las tres maneras.
Me dijeron que después de lavadas,
les hacía un corte y las ponía al micro a potencia media (850) unos minutos, se
pelarían estupendamente. Exactamente unas 20 castañas tardan dos minutos y una
castaña solo 12 segundos.
La idea del micro es una porquería, aunque es muy rápida. Las más pequeñas se quedaron secas por dentro. Algunas no las pude ni pelar.
O sea, un desastre.
Sistema descartado.
La segunda manera es ponerlas en
remojo en agua, dejarlas bastante rato y después hervirlas.
Las castañas que puse en remojo las utilicé más o menos a las dos horas. Hice el cortecito de rigor y las eché a la olla de agua salada con laurel. Hirvieron durante media hora. Las escurrí. Para que no se secaran, como las del micro, las tapé con un paño y me puse a pelarlas cuando no estaban demasiado calientes ya que con la primera me dejé las manos hechas caldo. El resultado estuvo bien, se pelaron bastante fácilmente. Mejor las que tenían el corte por la parte abultada.
A ver si con la tercera opción la cosa va mejor.
El tercer sistema es poniéndolas
en el congelador unas dos horas y luego, directamente a la olla.
Transcurrido el tiempo, les he hecho un cortecito, todas por la
parte abultada, y las he dejado hervir unos 30 minutos porque no eran muy
grandes. También las he tapado con un paño para que no se
secaran y así la piel más fina quedara húmeda. El resultado ha estado entre las
del micro y las en remojo.
Después de haberme achicharrado
los dedos y descarnificado las uñas, he llegado a la sana conclusión de que si
quiero castañas hervidas y peladas, las compro limpias y envasadas al vacío.
¡Anda ya, con los truquitos
recomendados!
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