Siempre
he dicho que se puede utilizar papel de horno para hacer cosas en papillote,
pues hoy haré una lubina. Me la he hecho limpiar y sacar toas, toas, toas las
espinas para poder comerla sin tener que pasarla por el microscopio.
La
verdad es que no hay cosa más incómoda que estar sacando las espinitas y encima
siempre te cae alguna en la boca.
Sofrío
las cebollas y las patatas cortadas a rodajas con una pizca de aceite. Les
añado un chorrito de vino blaco, luego un tomatito rallado y una pizca de
tomillo, las dejo unos minutos más.
Las
dispongo en el fondo de un trozo de papel de horno y les coloco encima el lomo
de lubina, limpio de polvo y paja, poniéndole un poco de tomillo, vino blanco, aceite
y sal.
Cierro
el papel con dos lacitos y lo pongo al horno a 180 durante unos 15 minutos.
Para no manchar el horno lo he puesto encima de un trocito de papel de plata. Ya sabéis que no me gusta limpiar.
¿Cuál
es la gracia de este plato tan común?
Pues
que no tiene espinas, que es muy cómodo y que para una cena con invitados el
aspecto es muy llamativo.
¿O no?
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