Cuando se es fantástica, se es. Y no hay nada mejor
que ponerse condecoraciones por lo bien que lo has hecho. Pues justamente hoy
me he puesto más medallas que las que tenía el caudillo.
Algunas se las dedico a Moi, que me echa unos
piropos por las imágenes que no veas. Moi si supieras que para sacar estas
pocas enfocadas he tenido que hacer 183, no me elogiarías tanto.
El caso es que he hecho un plato delicioso que me
ha dejado la blusa llena de lamparones, perdón quería decir medallas. Las hay de
aceite, de tomate, de vino, … Vamos, todo un carrerón culinario.
Como no encontraba el delantal entero, me he puesto
el de cintura para abajo y claro, los pantalones se han salvado pero la blusa
está hecha un asco. Menos mal que con la pastilla de jabón de Marsella mojada (truquito de limpieza) les he dado un restregón y…a la lavadora.
Bueno tenía dos cuartos traseros de pollo de granja
y pensé en hacerlos a la “cacciatora”, que traducido al español quiere decir
“cazadora”, pero no la de vestir.
Pues con pollo, ajo, romero, cebolla, zanahoria,
apio, tomates, sal, pimienta, vino tinto, tomillo y perejil, me pongo en
marcha.
¿Cuánto de cada?
Lo que tengas en la nevera, y si te falta algo (que
no sea el pollo, claro) no lo pongas.
Le echo
el vino tinto, dejo evaporar, añado el tomate, tapo y dejo cocer al menos media
hora o tres cuartos.
Añado tomillo y a los dos minutos o así, lo apago. Si lo encuentro, quito el diente de ajo.
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