El otro día me fui de
recados con una amiga y acabamos, como no, en el super del Corte Inglés.
Paseando por los congelados
vimos unos lomos de bacalao desalado bien gorditos al punto de sal de la casa
Pescanova.
Como solo habían dos
trocitos, sin pensarlo dos veces se me ocurrió hacerme un plato típico de la
región de Venecia: baccalà alla vicentina.
Compré perejil, cebollas,
leche y, por supuesto, el bacalao.
Cuando llegué a casa
puse el bacalao en la nevera para que se descongelara lentamente y no perdiera
jugosidad y usarlo al día siguiente, o sea ayer.
Así hice. He de
puntualizar que mi receta es más sencilla de la original, pero la iré
describiendo al mismo tiempo.
Corto la cebolla finita
y la rehogo poco con tres o cuatro cucharadas de aceite. La apago –ahora se le
tendrían que añadir unas anchoas removiendo para que se deshagan con el calor-
y le añado el perejil picado.
Seco el bacalao, lo paso
por harina y lo pongo en una fuente ligeramente aceitada.
Le pongo la cebolla con
perejil –le espolvorean Parmigiano rallado por encima- y le echo la leche por
los lados hasta media altura.
En el horno a 170° lo dejo unos 25/30 minutos –en
Vicenza lo hacen en una olla de barro y lo guisan a fuego muy bajo durante unas
3/4 horas moviendo la cazuela en sentido giratorio sin remover - y ya lo tengo
listo y gratinado.
¿A qué es más rápido y
ligero el mío? Me olvidaba de decir que se suele servir acompañado de polenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario