Me acabo de acordar de cuando jugaba a las canicas con mi hermano mayor. La verdad es que solo me dejaba jugar porque era tan mala que perdía siempre y él se quedaba con las mías.
Pues hoy voy a hacer unas canicas como postre en recuerdo de aquellos años de infancia pero las emborracharé un poco para alegrarme el día.
Estamos a las puertas de Noviembre y ya venden las primeras castañas, pues ese será el ingrediente base.
250 G - Castañas de ayer, peladas
me salieron 170gr
45G - Chocolate Fondant
15 G – Azúcar
25 G – Avellanas tostadas más, si
se quiere, las de la decoración
1 chupito de Ron
20 G - Mantequilla
Cacao puro
Habría que pasarlas por el pasapurés, pero como no tengo (pues pasó a mejor vida junto con el colador chino), trituro las avellanas y después les añado las castañas y el azúcar. Lo vuelvo a triturar todo.
Reblandezco la mantequilla y el chocolate fondant y se lo añado junto con el ron, y trituro.
Cuando la masa se vuelve homogénea
hago unas bolitas, la mitad las coloco en una bandejita y las pongo en la
nevera, y cuando están frías las paso por el cacao en polvo.
La otra mitad, las rebozo con más avellanas que he picado.
Si se quieren rebozar con avellanas picadas, no hace falta enfriarlas, pero si se quieren hacer con cacao, es mejor
porque si no, al estar tibias lo absorben y no quedan con el aspecto mate y polvoriento del cacao.
Ya están todas.
Las vuelvo a poner en la nevera y ya tengo un “quita-antojo-de-dulce” para después de cenar.
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