¡Jolines! Ya ha vuelto “er
niño”… y la rutina de su comida.
No sé por qué me molesto
en le preguntarle qué quiere comer si siempre dice: “Risotto y carne”.
Necesitaré todo lo del
risotto básico más una cajita de ceps que tenía en el congelador.
Antes de empezar con el
arroz, sofrío un diente de ajo entero para darle sabor al aceite. Quito el ajo
y echo las setas, cuando están un poco doradas les pongo un poco de perejil,
las saco del fuego y las reservo.
Ahora a por el arroz.
Como siempre trasparentamos la cebolla con un poco de aceite, le añadimos el
arroz, lo salteamos un poco y le echamos un chorro de vino blanco. Cuando ha
evaporado le añadimos el caldo, poco a poco a medida que se va consumiendo.
Cuando le falten unos
cinco minutos le añadimos las setas guardando unas poquitas para ponerlas luego
por encima del plato.
Dejamos acabar el tiempo
de cocción, apagamos y añadimos la mantequilla y el queso rallado.
Removemos, emplatamos, le colocamos los trocitos de ceps por encima y llamamos, en mi caso, al “invitado” a la mesa.
Me acaba de decir que está muy bueno pero que él prefiere el básico.
¿Pues sabes qué?
A partir de ahora o te lo haces tú o te lo vas a comer a casa de la vecina.
¡Vaya con el exigente!
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