He vuelto a hacer la
sopa de verduras o sopa juliana, pero ha llegado el momento de hacerla
especial.
Ya sabéis que todo lo
que luego puedo utilizar para cocinar lo congelo y justamente hoy me he
tropezado en el congelador con la polenta sobrante que me dio mi madre.
Con la sopa, aceite de oliva y polenta (harina de maíz hervida) voy a cambiar el menú de hoy.
Los corto a cuadraditos,
los pongo encima de papel de horno y los pincelo con un poco de aceite.
Los dejo secar y
gratinar a 200°,
son más buenos fritos pero no tengo freidora.
Cuando están listos
caliento la sopa y la trituro añadiendo un poco de aceite consiguiendo así una
crema suave y aterciopelada.
La pongo en el plato, le
hago una espiral de aceite puro de oliva y le echo los trocitos de polenta
crujientes.
Y ya tengo un plato para
escribir en la carta de un restaurante de diseño:
“Delicia de verduras con tropiezos de maíz”
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