El domingo pasado se me
ocurrió ir a ver la huerta de mi madre. Ella me había dicho que ya no regaba
porque no había nada para recoger, pero por darme un paseo, fui igualmente.
Cual fue mi sorpresa al
ver que unas pobres plantas, que estaban más secas que un bacalao, tenían un
montón de judías verdes colgando.
La verdad es que no eran
las pequeñitas que recogimos todo el verano. Mejor dicho, eran bastante gordas.
Me dieron pena y, tras recogerlas, las regué. No iba a dejarlas morir de sed.
El caso es que las
tenía en la nevera y no sabía como guisarlas. Urgentemente llamé a mi madre para ver si me
daba una idea, y me la dio.
Haz un “polpettone
ligure”.
Y así lo hice.
Para dos necesito, más o menos,
250gr de patatas, 125 de judías verdes, un huevo, pan rallado, queso parmesano
rallado, nuez moscada, perejil, mantequilla, sal y pimienta.
Lo primero pongo las
patatas a hervir en agua fría. Tendría que hervirlas con piel, pero tardan más.
Mientras tiro las judías
en agua hirviendo con sal y las hago unos 12 minutos pues a pesar de ser
grandes, son muy tiernas.
Cuando está todo cocido
lo escurro y espero que no queme demasiado. Las patatas las paso por un chafa-patatas
y las judías las corto muy pequeñitas.
A las patatas les añado
el huevo, un puñado de queso rallado, la mantequilla derretida y la nuez
moscada. Remuevo y le pongo las judías y el perejil.
Mezclo bien y cuando está
amalgamado relleno una fuente de horno forrada de papel.
Le espolvoreo pan
rallado y le pongo unos trocitos de mantequilla.
Tenía que haberlo puesto en un molde pastelero embadurnado con mantequilla y pan rallado, como si fuera una tarta.
Como se ve en la foto, no he podido desformarlo, se cuarteaba, y he tenido que recortar el papel para ponerlo en la fuente.
Un poco feo, pero delicioso.
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