Hoy voy a hacer un plato político: unas manitas de
ministro. Verdaderamente tal y como funcionan hoy en día los gobiernos
mundiales, mejor los llamo sin lugar a dudas pies de cerdo. Ya que son unos
impresentables y hacen las cosas con los pies.
Los pongo en una olla de agua con una zanahoria,
una ramita de apio, una cebolla con un par de clavos pinchados, una hoja de
laurel, un tomatito de colgar, sal y pimienta.
Los dejo en el caldo caliente para que no se
sequen. Mientras preparo una picada de ajo, perejil, pan seco, aceite y sal.
Todavía calientes, los escurro, los pongo en una
fuente de horno, les espolvoreo la mezcla de pan rallado por encima, los mojo
con unas cucharadas del caldo y los introduzco en horno a gratinar.
Ya están listos, tiernos y crujientes. Más fácil imposible.
Si no los hago el mismo día, los guardo en la
nevera cubiertos con su caldo colado, y al día siguiente los caliento antes de
ponerlos en la fuente.
Adiós, me los voy a comer ahora mismo, antes de que se enfríen. Ñam, ñam...
Adiós, me los voy a comer ahora mismo, antes de que se enfríen. Ñam, ñam...
2 comentarios:
Hoy he descubierto tu blog.
Recetas caseras, sencillas con un sutil perfume transalpino.
Gracias por este homenaje a la cocina de la nonna.
Bienvenido José, y gracias a ti, por tu bonito comentario a este blog tan casero y sencillo.
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