lunes, 17 de febrero de 2014

COLUMPIÁNDOME EN EL CAMPO


Llevo varios días sin escribir porque estoy pasando una temporada en casa de mi madre que vive en el campo.
A parte el hecho de que siempre quiere guisar ella, de que no se espera a que haga las fotos antes, durante y después del plato, la ADSL que tenemos aquí es Keniata y, al ver que tardaba un montón en publicar, he estado columpiándome en el blog.

Esta mañana he visto unas estúpidas peras y unas insípidas ciruelas, dos frutas que detesto, pero hay que aprovecharlas.
Para una tarta desordenada son frutas demasiado aguosas, por lo tanto haré frutas hervidas, sin añadir azúcar que eso engorda.





Lavo, pelo y corto a trocitos las dos peras y las seis ciruelas que tengo.

Pongo la fruta en una olla con medio vaso de agua y la dejo hervir a fuego suave durante una horita removiendo de vez en cuando para que no se pegue, hasta que esté tierna.

Una vez cocida, si veo que queda demasiado aguosa, le subo el fuego y, siempre removiendo, dejo que se espese un poco.





Ya está.
Espero que se enfríe y la pruebo.
Sigue sin gustarme y seguramente no me la comeré, pero para desatascar las tuberías humanas, va de maravilla y a lo mejor se la comerán mis padres. 

1 comentario:

DOVEL dijo...

¡Esto no se me habría ocurrido nunca!
¡TÁS MATAO y más mataooo!!!!! Ja,ja,ja,ja.
Besazos.