Aunque mi padre, que
no renuncia a nada, sostenga que la nata de los dulces es light, ligera y no
engorda porque es todo aire, me parece que es una declaración muy de barriendo
pá casa.
El dulce de hoy es la famosa "panna cotta", que gracias a sus ingredientes es un peligro para todos pero, como dicen por ahí, está divino de la muerte.
Voy a hacer la mitad
de la receta normal, así cuando venga mi hijo y se los coma todos, le podré
robar una cucharadita, ya que resulta que me lo tengo prohibido y es lo máximo
a lo que puedo acceder.
Hoy voy a poner la
lista de los ingredientes como si este fuera un blog muy serio de alta cocina
profesional (jajaja).
Ingredientes:
250cc de nata líquida
entera
60gr de azúcar glass
1/2 barrita de
vainilla marcada con el cuchillo a lo largo
1,5gr de gelatina
insabora e incolora
un poco de agua fría
Lo primero es poner en
remojo en agua fría las láminas de gelatina que necesitarán unos 10/15 minutos
para reblandecerse.
Hago notar también que al principio, aunque yo sea de ciencias, no he calculado bien y he puesto dos láminas en remojo cuando sólo necesitaba una.
Porque, si hay 10 láminas y pesan 6 gramos, una lámina pesará… 10:6=1,6666666…
Dejémonos de tonterías, sigo.
Entre tanto pongo la
nata en una cazuela con el azúcar y la barrita de vainilla, a la cual teóricamente
le he hecho una incisión vertical, pero resulta que se ha roto y es un estropicio.
Remuevo y caliento la
nata sobretodo sin que llegue a hervir, calculando que los tiempos me
coincidan, como los cambios de neumáticos en la F1 pero en la cocina.
En cuanto el azúcar se
ha deshecho y la gelatina se ha reblandecido, quito la vaina de vainilla, le añado la lámina de gelatina
estrujada y lo remuevo hasta que quede una mezcla homogénea.
¡AAA ENFRIARRR!
A las 5/6 horas de
nevera estará listo para desmoldar y poner en una fuente.
¡P.D. qué buenooo!
Los puntitos negros no es
polvo lo juro, es que, como ya dije, se me rompió la vainilla.