Hoy llega mi hijo de
Londres, y por teléfono me ha dicho: ”Mamá, hace un montón que no me preparas tu
gazpacho”.

Como los tomates todavía
son ácidos, voy a sacar una bolsa de quilo del congelador.
En un recipiente pongo
un poco de pan viejo con agua y vinagre. Cuando está bien mojado le añado el
tomate descongelado, un pimiento verde chiquitín, un pepino pequeño pelado y
sin pepitas, media cebolla, un vaso de aceite, un puñado de almendras saladas y
sal.
Antes con el Thermomix
quedaba casi como una mousse, pero se rompió, así que primero lo trituro con la
batidora y luego con el túrmix hasta que quede como una crema.
¿Habéis notado que NO le
pongo ajo?
Sin embargo, si después
de comerlo no tenéis que recurrir al bicarbonato como yo, hay que ponerle por
lo menos un diente.
1 comentario:
Para un día de lluvia ya se sabe que lo mejor es un gazpacho y en agosto a pleno sol y con 40º sobre la chichonera no hay nada como un consomé calentito.
Como en esta cocina prima la guasa...
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