lunes, 30 de diciembre de 2013

EL DÍA ANTERIOR


Cenas, comidas, cenas, comidas,…
En estas fiestas no se hace más que comer y comer.
Y yo, guisar y guisar.
Tengo que adelantar la “faena” y hacer platos que se conserven bien para descansar el 31 por la tarde y poder tener un aspecto deslumbrante en Nochevieja.
El menú será sencillo pero bueno.

De primero una lasaña (ver: A mis guapísimas triples A’s) que las voy a hacer hoy 30 por la mañana.
De segundo la falsa langosta de rape (ver: Engañando al personal), que también puedo preparar el día antes.
De entrante tendré, para los más frioleros, un caldo de carne marrón (ver: Para entrar en calor), pero también haré unos huevos rellenos, que son muy llamativos, buenos, fáciles de hacer y que, tapados en la nevera, aguantan un par de días. Razón por la cual también los haré hoy.

Necesito huevos, una mayonesa compacta, atún, alcaparras, pepinillos y ensalada tierna.

Pongo los huevos en agua fría con sal. Cuando empieza a hervir calculo unos 10 minutos. Los apago y los pongo bajo el agua fría.

Hago una mayonesa bien dura con limón (ver: Sobrinaaa…). 
En el 123 pongo el atún, una cucharada de alcaparras, dos cucharadas de pepinillo en vinagre, un huevo duro y lo trituro.

Añado dos o tres cucharadas de mayonesa y lo vuelvo a triturar para que quede homogéneo. 

Lo pongo en un bol y le pongo más mayonesa, hasta que quede la cantidad suficiente para rellenar todos los huevos.

Parto por la mitad los huevos duros, quito la yema y la reservo. Los pongo en una fuente con ensalada por debajo para que no se muevan y no se vuelquen. Los relleno con la mezcla y por último les rallo por encima las yemas.

He hecho dos bandejas, supongo que tendré suficiente. Hago una foto y los pongo tapados en la nevera para mañana.

El caldo se está haciendo, la boloñesa también, el rape ya está enfriándose. Voy a seguir cocinado.

¡Adiós, hasta el año que viene!

¡Feliz 2014 a tod@s! 

sábado, 28 de diciembre de 2013

CAMBIO DE PLANES


Para el día de Navidad, ya que vienen todos a comer como cada año, había pensado en hacer, entre otras cosas, unas fantásticas gambas de Palamós a la plancha.
Cual fue mi desilusión al ir, el 24 por la tarde a comprarlas y que me dijeran que ya no había. Tenía que haberlas encargado.
Me ofrecieron otras que no eran ni tan grandes ni tan sabrosas, razón por la cual decidí cambiar de planes y por consiguiente de menú.
Hice coctel de gambas.

Con cinco gambas por persona, dos ensaladas limpias de troncho y nervio, aceite y sal gorda, tengo suficiente.

Para la salsa, muy sencillo: una mayonesa muy dura, Ketchup, mostaza, salsa Worchester, coñac y nata.



Lo primero tengo que hacer la salsa. 


Hago una mayonesa de dos huevos sin vinagre ni limón, le añado tres cucharadas de Ketchup, una de mostaza, una de salsa Perrins, una de coñac y una de nata (opcional).
No la he puesto porque viene mi padre y está a régimen. 

Mezclo con la batidora a velocidad mínima para que no quede demasiado blanda la mayonesa y la guardo en la nevera para que endurezca.

Ahora corto la ensalada muy finita y también la guardo, tapada con film transparente, en el frigorífico.


En una sartén grande paso un trozo de papel de cocina untado de aceite y la pongo al fuego.
Cuando está caliente le echo sal gorda y las gambas. Las sofrío a fuego fuerte dos minutos por cada lado y las reservo. Cuando están suficientemente frías, las pelo obteniendo las colas limpias.

Ya tengo todos los ingredientes preparados, voy a montar el coctel.

Como ya sabéis que no me gusta limpiar he comprado unas copas de plástico que luego tiraré directamente a la basura, y dicho sea de paso así puedo estar de fiesta y no de lavaplatos.

En el fondo de la copa pongo una cucharada de salsa, luego un puñado de ensalada, otra cucharada de salsa y por último coloco las colas de gamba.

 



Ya está. 

Los he tapado con papel de plata y guardado en la nevera no sin antes hacer la foto de rigor.

¿A qué ha quedado mona?





jueves, 26 de diciembre de 2013

RATONCITO DE LABORATORIO


Ya os conté que vendría mi hermanita a comer. Como es una fanática de las sopas voy a cocinar por primera vez una crema de ceps.
La he comido, he visto como la hacían pero no la he hecho nunca, así que mi dulce hermanita se convertirá en ratita de laboratorio para mi experimento.

Necesito el caldo de setas que hice, unos 300gr de ceps (congelados porque no he encontrado frescos), 300gr de patatas, un diente de ajo, una ramita de perejil, leche, mantequilla, aceite, sal y pimienta.









En una cacerola alta sofrío suavemente el diente de ajo que luego quitaré. Le añado las setas, el perejil y lo salteo.
Quito el diente de ajo y echo las patatas cortadas a cuadraditos y un litro y medio de caldo de setas.
Cuando empieza a hervir le bajo el fuego y lo dejo cocer tapado a fuego lento unos 30 minutos.

Para mantener la textura de la patata las separo y las chafo con el chafapatatas (o pasapurés) colocándolas en una olla ancha. 

Les añado medio litro de leche, un buen trozo de mantequilla y, a fuego muy lento, lo bato y lo dejo cocer unos cinco minutos.

Trituro las setas con el jugo y se las añado.

Remuevo bien, dejo que se caliente un poco y lo corrijo de sal y pimienta.


Ya lo he puesto en un bol y decorado para la foto, aunque es mejor ponerlo en una sopera para que se mantenga calentito.

¡A ver qué me dice mi hermana!

P.D.: he tardado un poco en publicar porque estos días voy de bólido cocinando para cenas y comidas familiares.

 

jueves, 19 de diciembre de 2013

PASO PREVIO


Voy a hacer un caldo de setas para mañana hacer un plato nuevo. Nuevo para mi significa que no lo he hecho nunca.

Y como ya sabéis, salga como me salga lo publicaré en el blog.
Digo mañana, porque mañana viene mi hermana a comer y la voy a usar como conejillo de indias.

Necesitaré media cebolla, un diente de ajo, una o dos zanahorias, un puñado de ceps secos, un puñado de setas variadas congeladas, una ramita de perejil, aceite, sal pimienta y agua.

En una olla alta pongo un poco de aceite y sofrío un diente de ajo, le añado la cebolla y la rehogo un poco.

Pongo las zanahorias, los ceps secos, un puñado de setas congeladas, la ramita de perejil, un litro y medio de agua, sal y pimienta.

Cuando empieza a hervir, lo tapo y le bajo el fuego.




















Al  cabo de unos 45 minutos el caldo está listo. Si hace falta lo corrijo de sal y pimienta y lo cuelo.
Ya lo he puesto en la nevera para mañana.

martes, 17 de diciembre de 2013

PARA ENTRAR EN CALOR


He vuelto de la compra y me tiemblan hasta los dientes. No porque se me caigan, si no por el biruji que hace en la calle.
Y hacía tanto frío que he decidido hacer un caldo de carne marrón para entrar en calor. Se llama así porque queda bastante oscuro y con mucho sabor.


Saco del congelador unos huesos de ternera de la parte de la rodilla y unos cuantos trozos con tuétano. Estos últimos son los que le quité a la carne del ossobuco cuando hice el gulash.

Recopilando ingredientes:  400gr de huesos de la rodilla, 400gr de ossobuco, una cebolla, una zanahoria, una ramita de apio, un puerro pequeño, un puñado de setas, un tomate de colgar, una hoja de laurel romero, una ramita de tomillo, dos ramitas de perejil, trocitos de mantequilla, un dedal de vino blanco, un clavo, tres bayas de enebro, sal y pimienta en grano.








En una bandeja de horno pongo los huesos de la rodilla con la zanahoria, el puerro, la ramita de romero y media cebolla troceadas. Les pongo unos trocitos muy pequeños de mantequilla por encima, el vino y los dejo tostarse en el horno a 240° unos 45 minutos, dándoles la vuelta.
Los trozos de cebolla restante los pongo en una plancha antiadherente y los tuesto.


Cuando lo del horno está tostadito lo coloco en una olla alta con la cebolla tostada, el tomate pelado y los huesos del ossobuco.
En la rustidera que he utilizado le pongo un poco de agua, rasco el fondo y las paredes y se lo añado.

Añado unos dos litros de agua, le pongo sal y lo dejo hervir. Lo voy espumando hasta que esté claro.
Seguidamente le añado las hierbas, las setas, las bayas y la pimienta.
Lo dejo hervir tapado unas dos horas a fuego muy lento.


Ya lo he colado y me he preparado una fuente con los huesos y una buena taza de caldo.
Voy a disfrutar con los ternillos, los trozos de carne y el tuétano, seguro que ya no tendré frío.

 
Me ha sobrado bastante caldo, pues lo pondré en la nevera y mañana cuando esté frío le quitaré la capa de grasa de encima y lo congelaré para poder utilizarlo en otra receta.

domingo, 15 de diciembre de 2013

TROPEZANDO EN EL MAIZAL


He vuelto a hacer la sopa de verduras o sopa juliana, pero ha llegado el momento de hacerla especial.
Ya sabéis que todo lo que luego puedo utilizar para cocinar lo congelo y justamente hoy me he tropezado en el congelador con la polenta sobrante que me dio mi madre.

Con la sopa, aceite de oliva y polenta (harina de maíz hervida) voy a cambiar el menú de hoy.

Cojo del congelador unos trozos de polenta y los dejo descongelar un momento.
Los corto a cuadraditos, los pongo encima de papel de horno y los pincelo con un poco de aceite.
Los dejo secar y gratinar a 200°, son más buenos fritos pero no tengo freidora.
Cuando están listos caliento la sopa y la trituro añadiendo un poco de aceite consiguiendo así una crema suave y aterciopelada.
La pongo en el plato, le hago una espiral de aceite puro de oliva y le echo los trocitos de polenta crujientes.

Y ya tengo un plato para escribir en la carta de un restaurante de diseño: 
“Delicia de verduras con tropiezos de maíz”


viernes, 13 de diciembre de 2013

LAS ÚLTIMAS DE LA FILA


Hoy ha venido a verme mi madre y me ha traído la última recogida de la huerta veraniega. La fila de las judías verdes, plantadas en hileras, han dado sus últimos frutos.

Las voy a usar. Solo necesito las pocas judías que me ha traído, unos cien gramos, una tranchete, un par de puñados de queso rallado y un poco de bechamel.

Hago medio litro de bechamel (mirar: grumitos pal cola-cao). Hiervo las judías unos ocho minutos.

En una fuente de horno enmantequillada pongo un poco de bechamel, luego una capa de judías y una tranchete.
Luego vuelvo a poner una capa de judías, las cubro con el resto de la bechamel y las espolvoreo bien de queso rallado.

Unos trocitos de mantequilla por encima y al horno a 200° unos 15 minutos. Lo justo para que se dore por encima.

Ya tengo mi verdura del día.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

ÑAM, ÑAM… ÑOK, ÑOK


Esta vez voy a complicar un poco la receta. No porque sea difícil, sino porque es un poco “empastifadora”, o sea pringosa.
Voy a hacer unos ñoquis de requesón y espinacas.

Necesitaré una bolsa de espinacas, ricotta, huevos, harina, nuez moscada, sal, pimienta, parmesano rallado, mantequilla y salvia.
Haré un buen plato abundante, uno de esos que te servían antes en los restaurantes, no de los de diseño que son muy llamativos y decorados pero que pasas más hambre que el perro de un ciego.





Hiervo las espinacas con poquísima agua, las dejo enfriar en el colador y las estrujo para que queden lo más secas posible.




En un bol mezclo 100gr de ricotta (requesón de leche de vaca), 70gr de espinacas hervidas cortadas muy finas, 25gr de parmesano rallado, 25gr de harina, un huevo pequeño (pesaba 45gr)un cuarto de nuez moscada rallada, sal y pimienta. Lo pongo en la nevera más o menos una hora para que se endurezca.

Con las manos un poco mojadas para que no se me pegue, como para las albóndigas, hago un rollo con la masa, trabajándola con suavidad pues es muy tierna, y lo pongo en la tabla cubierta de harina.
Lo cubro de harina, lo corto a trocitos y los rebozo con delicadeza uno a uno para que se enharinen por todas partes.
Los pongo en una bandejita y los guardo en la nevera hasta la hora de comer.


Mira por donde mi hijo me ha llamado y preguntado que si lo invito. Este niño debe de tener un sexto sentido cuando cocino algo diferente.
¡Qué le vamos a hacer! Le he dicho que sí.
Ya tengo la mesa puesta y acaba de sonar el timbre del portero automático.

Le obligo a sentarse a la mesa pues los gnocchi tardan solo un minuto o dos en hacerse y hay que comerlos super-calientes.

Pongo una olla ancha con mucha agua y sal en el fuego y espero a que hierva.

En un cacito a parte pongo la mantequilla y la salvia para que se derritan.

En cuanto hierve el agua hay que echarlos por tandas para que no deje de hervir el agua. 


Cuando suben a flote los saco con una espumadera, los pongo en el plato, les echo la mitad de la mantequilla, un poco de queso rallado y tiro la segunda tanda. Escurro estos también, se los pongo encima de los otros y le tiro el resto de mantequilla.

Lo llevo a la mesa con un bol de parmesano rallado por si quiere ponerse más.


Menos mal que me ha dejado probar dos, el resto se lo ha comido en un santiamén y sin rechistar. 
Estaban tan buenos que me ha dicho: "Ñam, ñam.. ñok, ñok". 
Lógicamente no ha querido comer nada más.

Cuando los hago para más personas, hiervo, condimento y sirvo un plato a la vez, así todo el mundo los come calientes al momento. Es un poco rollo porque tienes que estar en la cocina, pero los comensales te lo agradecerán y ya te sentarás con el segundo plato.