jueves, 5 de diciembre de 2013

VACIANDO EL CAJÓN


He decidido hacer limpieza en el cajón de la verdura de la nevera.
Poca cosa hay. Veo dos zanahorias, un par de puñados de judías y un puerro.
¡Qué tristeza! Pues lo voy a enriquecer y voy a hacer un pastel de verduras o, mejor dicho, de restos de cajón.
Necesitaré también tres huevos, nata, mantequilla, pan rallado y hierbas. A última hora he tenido que añadir unas hojas de esa masa que compré, ya veréis porqué.

 



Con un pelín de mantequilla he pochado las judías verdes con unas hojas de albahaca. He hecho lo mismo con las zanahorias pero con romero. Al puerro le he añadido una cebolla y le dado un toque con una hoja de laurel.

He cogido tres boles y en cada uno he puesto un huevo y la tercera parte de la nata.


Enmantequillo y enharino un molde de silicona. 

En un bol añado las judías, mezclo y lo vierto en el molde.

He visto que hay poca verdura y sobra salsa. 


Para que no se mezclen los sabores he recuperado unos trozos de aquella masa milhojas que compré por equivocación y la he puesto encima como separación.
Ahora le toca al puerro con cebolla, lo mezclo, lo pongo y lo vuelvo a separar con milhojas.
Es el turno de las zanahorias. Lo mismo, la nata con el huevo y las zanahorias, pero al final le espolvoreo pan rallado y le coloco unos trocitos de mantequilla.

Lo he introducido en el horno a 180° pero cuando llevaba 20 minutos he comprobado que se estaba quemando por encima pero no había cuajado por abajo, ya lo decía yo: “Demasiado líquido y poca verdura”.
Entonces he bajado la temperatura a 150 y lo he dejado 20 minutos más.

Aquí os lo presento.

Volcado en la fuente está pálido, es lo que tienen los moldes de silicona.
Le he dado la vuelta pero le faltan las rayas.
Cortado está monísimo.

Superbueno.

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