jueves, 31 de julio de 2014

DESDE RUSIA...


¿Qué llega de Rusia en verano?
Pues la ensaladilla. ¡Qué va a ser!
Hoy, aprovechando que mi madre no está y soy la reina de la cocina, voy a hacer una ensaladilla muy sencilla y poco recargada, para digerirla mejor y así nos podamos bañar antes. Ya se sabe, con estos calores no hay quien aguante y no estamos para cortes de digestión.

 
Necesito una bolsa de ensaladilla congelada, unos pepinillos, unas alcaparras, unos huevos duros y la mayonesa de la “Sobrinaaa”.

Pongo los huevos a hervir y cuando lleven unos 5 minutos les añado la ensaladilla. Dejo que hierva unos cinco minutos más y lo escurro todo.




Mientras se enfría corto un par de pepinillos a cuadraditos. Luego un huevo duro. Se lo añado a la ensaladilla junto con 2 o 3 cucharitas de alcaparras. Luego le rallo otro huevo duro y le añado la mayonesa.
Revuelvo, emplato y le rallo encima el tercer huevo, así aunque se quede en la nevera, no se oxida por encima.








Rápida, sencilla, fresca y ligera. ¿Qué más quieres Baldomero?

martes, 29 de julio de 2014

SE HA ACABADO


El Domingo llamó mi hermana, la del alemán, y se auto-invitaron a cenar. No problema. Lo único es que se había acabado el pan. Nos lo comimos todo al mediodía con el "condiglione" que hizo mi hermano.
Festivo por la tarde, en medio del campo, lejos de las grandes ciudades, la única solución era hacerlo. Y así fue. Mi madre y yo nos dispusimos a confeccionar un delicioso pan casero.

Con 250 gr de harina, 12 gr de levadura fresca, 145 de agua, una pizca de sal, 25 gr de mantequilla y dos horas y media de tiempo aproximadamente teníamos suficiente.

Mezclamos la harina con la mantequilla blanda, dos pellizcos de sal y la levadura disuelta en el agua templada. Estuvimos amasando durante unos 10/15 minutos, hasta que la masa se volvió lisa y homogénea.
La pusimos a levar tapada una hora y media.

En el papel de horno encima de la bandeja, estiramos la masa le hicimos unos cortes transversales, la pincelamos con aceite para que no se pegara y la tapamos con film transparente dejándola levar una hora.
Una vez doblado su tamaño, la introducimos al horno a 200° entre 15/30 minutos. El tiempo lo he puesto por aproximación, porque normalmente cuando lo vemos doradito por encima, abrimos el horno y le damos unos golpecitos al pan para comprobar que esté crujiente.

Salió del horno justo para cenar. Estaba tan crujiente por fuera y tan tierno por dentro que nos lo comimos todo antes de que se acabara de enfriar.

domingo, 27 de julio de 2014

AÚN NO SE HAN IDO


Es Domingo y "Brother & Company" siguen aquí. Han venido de Italia para unas breves vacaciones y hoy mi hermano nos ha hecho una ensalada fresca y diferente típica de Liguria. Se llama “Condiglione” que no tengo ni idea de lo que quiere decir pero supongo que viene del verbo “condire” que quiere decir condimentar.
¡Gracias brother!

Ha cogido unos tomates de la huerta, una cebolla, una rodaja de pan seco, unas hojas de albahaca fresca, aceite, vinagre, sal y pimienta.

Lo primero ha cortado la cebolla muy fina y la ha puesto en remojo en agua y vinagre para suavizarla.

En una fuente un poco honda ha puesto en el fondo la rodaja de pan seco. Ha cortado los tomates y se los ha echado por encima. 

Luego ha añadido la cebolla escurrida y por último la albahaca troceada. Lo ha aliñado todo con sal, pimienta, vinagre y aceite. Lo ha revuelto y lo ha dejado reposar una media horita para que el pan se mojara bien y poderlo trocear (podía haberlo cortado a cuadraditos).

Y el resultado ha sido este, supongo que estará buenísima.

viernes, 25 de julio de 2014

TONTOS DE REMATE


Hoy en mi casa somos todos tontos. Os preguntaréis porqué. La respuesta es muy sencilla, hay un dicho que dice: “Tú eres tonto y comes flores”.
Pues bien, hoy en mi casa vamos a comer flores.
Esta mañana Cornelia, la compañera de mi hermano mayor, ha visto en el huerto unas enormes flores de calabaza y, tras preguntar si eran de nuestro terreno y no del vecino, las ha recogido para guisarlas.
Hay un montón, por lo cual deduzco que acabaremos tontos de remate.

Pero empecemos con la receta. Necesitaremos, las flores, unas mozzarellas, harina, agua con gas, sal, pimienta y aceite.
 
Lo primero se lavan, se les deja el tallo, se les quita el pistilo del centro y se dejan secar en un paño.

 



Las abrimos y las rellanamos con un trocito de mozzarella y una chispa de sal y pimienta. Las cerramos lo más posible en la punta para que no se salga el relleno.

Ahora se prepara la “pastella”, que no es más que la masa para rebozarlas. La hemos hecho solo con agua de soda (no tenía agua con gas), harina y sal para que no fuera tan enriquecida, pero se puede hacer también con huevo. Tampoco la hemos hecho muy espesa, así queda más ligera y no absorbe tanto el aceite. Estamos en verano y las cosas grasientas estropean la figura (a quien la tiene, claro).
 


Con la freidora al máximo, las mojamos en el rebozado y las freimos de dos en dos para que el aceite no se enfríe. 

Cuando están doraditas, las sacamos escurriéndolas hacia abajo para que salga el aceite que haya quedado dentro y las ponemos encima del papel de cocina.
En cuanto el papel haya absorbido el aceite, las ponemos en una bandeja, les echamos una pizca de sal y una espolvoreada de pimienta.

Y rápidamente antes de que se enfríen… a comerlas, cogiéndolas por el rabito. ¡Ojo, que por dentro queman!
Ya veis, somos tontos y comemos flores. Pero están de un buenooo...

miércoles, 23 de julio de 2014

GEMA ES GENIAL


El otro día estaba cortando, pelando y sacando las pepitas a la verdura del gazpacho. O sea, tomates, pimientos, cebollas y pepinos bien limpios y troceaditos para ponerlos en el Turmix y luego colarlo todo para que no quedaran trocitos. Pero llegó Gema.
Y me dijo: –¿Qué haces?–.
Le contesté que estaba preparando un gazpacho con la verdura fresca de la huerta. Se asombró y me dijo que estaba perdiendo el tiempo y trabajando inútilmente. Yo que adoro la rapidez, y odio el trabajar, le pedí urgentemente que me explicara el motivo.
–Muy sencillo –me explicó. –Usa la licuadora y así pones la verdura entera y te sale solo el líquido.


No le dí tiempo ni a darse la vuelta, que ya estaba yo pasando los ingredientes por la licuadora.

¡Qué razón tenía! Solo faltaba aliñarlo con sal, aceite y vinagre al gusto. Dejarlo en la nevera para que se enfriara y servirlo en copa.



Ya tengo un entrante fresco y ligero para el verano.
¡A la mesaaa!!!

lunes, 21 de julio de 2014

CONTUNDENTE


Ayer por la tarde estábamos mi madre y yo en la cocina sin saber que hacer. Nos aburríamos un montón ya que las gallinas, los gatos y los perros ya estaban alimentados y arreglados.

Se me ocurrió decirle que podíamos arreglar también el goloso de mi padre y hacerle unos flanes. Como siempre dice que los flanes no saben a nada, decidimos hacer unos flanes de vainilla contundentes y personalizados.

Necesitamos una caja de flan Royal de vainilla, un litro de leche entera, dos huevos, una naranja y azúcar.




En una olla mezclamos los polvos del flan con la leche que recetan pero le añadimos dos yemas de huevo. Lo pusimos al fuego y esperamos el tiempo que marca la caja.

Mientras exprimimos media naranja y le añadimos siete cucharadas de azúcar para hacer el caramelo. Lo pusimos en el fuego y, cuando empezó a ponerse moreno, lo sacamos y lo distribuimos en las flaneras.



Rápidamente, para que se mezclara un poco, le echamos la mezcla encima. A la nevera y a esperar.

Deliciosos, contundentes y alimenticios. 

Mi padre los encontró muy buenos. 


No me extraña, eran flanes de huevo más flanes de vainilla más fruta y estaban super energizados.

sábado, 19 de julio de 2014

ME HE ESCAPADO


Esta mañana he madrugado, no tanto como el otro día porque por lo visto Tuli tenía ganas de dormir, pero cuando estaba lista me he dado cuenta que eran solamente las siete y media.
¿Qué voy a hacer hasta que se levanten mis padres?
Aburrirme. Pues no. Me niego rotundamente.
Me voy a pasar el día a Barcelona.
Se me ha ocurrido llamar a mi hijo pequeño, el mayor estaba de viaje, para preguntarle si quería comer conmigo.
¡Vaya estupidez!
Me ha dicho que sí. Pero que no quería ir al restaurante, ya que tenía el mono de uno de mis risottos.
Pues he tenido que abrir la cocina y abastecerla, no había de nada.

He comprado unos espárragos verdes, un trozo de Parmigiano, una cebolla y una pastilla de mantequilla. Sal, arroz tipo Carnaroli, vino blanco y cacitos de caldo todavía tenía.

 











Primero lavo y corto a rodajitas los espárragos desechando la parte dura y troceo media cebolla. 

Pongo dos cacitos de caldo de pollo en un litro de agua a calentar.

 
En una cacerola baja con mantequilla rehogo la cebolla y los espárragos unos diez minutos a fuego lento para que no se queme. 

Le añado el arroz y le doy unas vueltas hasta que quede translúcido. 
Ahora le toca al vino, un buen chorro.

Dejo que se evapore y empiezo a añadirle el caldo. 

Añadiendo y removiendo, espero a que termine el tiempo de cocción.

Lo apago, le añado un trozo de mantequilla, un buen puñado de queso rallado y remuevo.




Él tiene listo su deseado risotto, y yo, triste de mí, ya tengo la cocina hecha unos zorros.

¡Vaya ideas de bombero que tengo a veces!

Bueno, ya está todo recogido y me voy “pal pueblo”.

jueves, 17 de julio de 2014

VA A SER QUE NO


Va a ser que no vuelvo a trabajar ocho horas seguidas para 16 míseros croissants, por muy buenos que estén. Tengo que aclarar que mis padres los desayunan cada día, pero tienen el inconveniente de vivir en el campo.
¿Quién tiene ganas, recién levantada de buscar una pastelería para llevarles el croissant fresco del día? Yo no.
Y como que soy más chula que un ocho, me he recorrido la comarca en busca de una solución. ¡Y la he encontrado! ¿Dónde? Pues en Carrefour donde venden unas bolsas de croissants de mantequilla congelados que están, con un pequeño arreglo, de rechupete.


Muy sencillo, solo necesito la bolsa de congelados, un huevo y azúcar




Caliento el horno a 160°. Mientras bato un huevo con una cucharada y media de azúcar.

Saco los croissants del congelador, los pongo encima del papel de horno en la bandeja. 

Los pinto abundantemente con el huevo azucarado y los introduzco en el horno unos 35 o 40 minutos.

Y así de hermosos salen. Más bonitos que los míos. Ni esperar a que leven, ni darles vueltas, ni nada de nada. Solo unas pinceladas estilo Van Gogh.

Ya ves Cris que te he facilitado el trabajo.

P.D.: he encontrado croissants congelados en otros sitios, pero los mejores son los de Carrefour porque no son aceitosos ni saben a manteca de cerdo.

¿Será por lo de "les croissants sont français", y Carrefour también?

martes, 8 de julio de 2014

¡VAYA MADRUGÓN!


Esta mañana Tuli, mi gato, ha decidido que me tenía que levantar a las cinco. Me ha caminado por la cabeza, me ha tocado la cara y, al ver que no le hacía caso, ha empezado a quitarme la sábana. Al final me he levantado, qué remedio. Por lo visto no le apetecía el pienso que tenía en el platito, y he tenido que cortarle un trocito de carne.

Desayunada yo, desayunado mi Tulito, eran solo las cinco y media. ¿Qué hacer?

Pues les voy a dar una sorpresa a mis padres: les haré croissants.

Necesitaré para hacer la masa: 400 gramos de harina de fuerza,
 60 gramos de azúcar, 
200 gramos de agua, un pellizco de sal,
 35 gramos de mantequilla,
 15 gramos de levadura fresca de cerveza. 

Luego, para hojaldrar usaré 200 gramos más de mantequilla.



En un cuenco pongo la harina, el azúcar, la sal y la levadura desmenuzada (cuidando que ésta no toque directamente con la sal), le doy un par de vueltas con unas varillas para mezclar todo. 
Incorporo los 35 gramos de mantequilla fría a trocitos y añado el agua.
 Amaso hasta que obtengo una masa lisa, he tardado en total unos 30 minutos.
 
Hago una bola y dejo que repose 30 minutos tapada con film transparente. 

Pasado ese tiempo, estiro la masa con un rodillo hasta un grosor de dos centímetros, la pongo en una bandeja y la tapo bien con plástico. 

La dejo en la nevera unas dos horas como mínimo.


 

Media hora antes de sacar la masa de la nevera, saco la mantequilla para que se atempere un poco, cuando lleve fuera unos veinte minutos la pongo entre dos papeles de horno y la estiro con el rodillo, la doblo y la estiro un par de veces para que coja elasticidad. 
Debe quedar con un grosor aproximado de un centímetro.


Ahora voy a empezar a hojaldrar.

Saco la masa de la nevera y la dejo unos minutos para que pierda el frío, la estiro de forma que tenga una anchura entre dos y tres veces la plancha de mantequilla. 
Coloco la plancha de mantequilla en el centro de la masa, le doblo por encima una parte, luego la otra y sello los lados con el rodillo. 
Es importante que la masa esté más fría para que la mantequilla no se funda con el contacto.

Estiro la masa con el rodillo en ambos sentidos para que, la mantequilla de dentro, se extienda por igual y la dejo reposar tapada en la nevera una media hora.


 
Voy a dar la primera de las tres vueltas sencillas. 
Estiro la masa y doblo un tercio hacia el centro, luego doblo el otro tercio y la aplano con el rodillo. La tapo con plástico y la dejo reposar unos 30 minutos en la nevera.

A la media hora, la saco y le doy el segundo pliegue siguiendo los pasos anteriores. 
Treinta minutos después  hago el tercer plegado y la vuelvo a dejar reposar en la nevera.

Ya pasaron los últimos 30 minutos. 

Es el momento de estirarla. Tengo que dejarla con un grosor de medio centímetro más o menos, si la masa se resiste a ser estirada y se encoge de nuevo, la dejo que repose unos minutos para que se relaje. 
Para mayor comodidad voy a partirla en dos y dejar una de ellas en la nevera.


Corto los bordes de la masa para dejarlos rectos y marco donde haré los cortes. El tamaño de los triángulos para formar los croissants depende de cada uno. No tengo ni la más remota idea de que tamaño me saldrán, pero parece que los he hecho bastante iguales.


Con la rueda de cortar pizza o un cuchillo afilado corto los triángulos y les hago un pequeño corte en la parte inferior gracias al cual puedo abrir un poco la base (estirando de las puntas) y les chafo un poco la punta para que no se levante demasiado al cocer. Comienzo a enrollar por la parte ancha sin presionar ni estirar, todo muy suave, y los coloco en una bandeja de horno dejando espacio suficiente para que crezcan. Los pinto con huevo batido intentando no tocar los bordes laterales, así las capas no se pegarán entre sí y subirán todo lo necesario.
 
Dejo que fermenten en un sitio que no haya demasiado calor para que no se funda la mantequilla y protegido de las corrientes de aire, pero sin cubrirlos. 

Los he metido en un armario.


Al cabo de dos horas han doblado su tamaño, aunque el tiempo varía de una a tres horas dependiendo de la temperatura. Los vuelvo a pintar con huevo batido, con suavidad cuidando que no se deshinchen y los horneo a 180º unos 20 minutos, pero el tiempo depende de cada horno … hay que probar y probar.

Los dejo enfriar sobre una rejilla y los coloco en el cestito.
Al verlos tan bonitos no me he podido resistir y he probado uno. Delicioso.
Bueno, ya están listos para el desayuno.

¿Desayuno???

¡Si ya son casi las dos del mediodía!!!!!

He tardado solo ocho horas para hacer dieciseis croissants.

Qué remedio, serán para la merienda.