martes, 8 de julio de 2014

¡VAYA MADRUGÓN!


Esta mañana Tuli, mi gato, ha decidido que me tenía que levantar a las cinco. Me ha caminado por la cabeza, me ha tocado la cara y, al ver que no le hacía caso, ha empezado a quitarme la sábana. Al final me he levantado, qué remedio. Por lo visto no le apetecía el pienso que tenía en el platito, y he tenido que cortarle un trocito de carne.

Desayunada yo, desayunado mi Tulito, eran solo las cinco y media. ¿Qué hacer?

Pues les voy a dar una sorpresa a mis padres: les haré croissants.

Necesitaré para hacer la masa: 400 gramos de harina de fuerza,
 60 gramos de azúcar, 
200 gramos de agua, un pellizco de sal,
 35 gramos de mantequilla,
 15 gramos de levadura fresca de cerveza. 

Luego, para hojaldrar usaré 200 gramos más de mantequilla.



En un cuenco pongo la harina, el azúcar, la sal y la levadura desmenuzada (cuidando que ésta no toque directamente con la sal), le doy un par de vueltas con unas varillas para mezclar todo. 
Incorporo los 35 gramos de mantequilla fría a trocitos y añado el agua.
 Amaso hasta que obtengo una masa lisa, he tardado en total unos 30 minutos.
 
Hago una bola y dejo que repose 30 minutos tapada con film transparente. 

Pasado ese tiempo, estiro la masa con un rodillo hasta un grosor de dos centímetros, la pongo en una bandeja y la tapo bien con plástico. 

La dejo en la nevera unas dos horas como mínimo.


 

Media hora antes de sacar la masa de la nevera, saco la mantequilla para que se atempere un poco, cuando lleve fuera unos veinte minutos la pongo entre dos papeles de horno y la estiro con el rodillo, la doblo y la estiro un par de veces para que coja elasticidad. 
Debe quedar con un grosor aproximado de un centímetro.


Ahora voy a empezar a hojaldrar.

Saco la masa de la nevera y la dejo unos minutos para que pierda el frío, la estiro de forma que tenga una anchura entre dos y tres veces la plancha de mantequilla. 
Coloco la plancha de mantequilla en el centro de la masa, le doblo por encima una parte, luego la otra y sello los lados con el rodillo. 
Es importante que la masa esté más fría para que la mantequilla no se funda con el contacto.

Estiro la masa con el rodillo en ambos sentidos para que, la mantequilla de dentro, se extienda por igual y la dejo reposar tapada en la nevera una media hora.


 
Voy a dar la primera de las tres vueltas sencillas. 
Estiro la masa y doblo un tercio hacia el centro, luego doblo el otro tercio y la aplano con el rodillo. La tapo con plástico y la dejo reposar unos 30 minutos en la nevera.

A la media hora, la saco y le doy el segundo pliegue siguiendo los pasos anteriores. 
Treinta minutos después  hago el tercer plegado y la vuelvo a dejar reposar en la nevera.

Ya pasaron los últimos 30 minutos. 

Es el momento de estirarla. Tengo que dejarla con un grosor de medio centímetro más o menos, si la masa se resiste a ser estirada y se encoge de nuevo, la dejo que repose unos minutos para que se relaje. 
Para mayor comodidad voy a partirla en dos y dejar una de ellas en la nevera.


Corto los bordes de la masa para dejarlos rectos y marco donde haré los cortes. El tamaño de los triángulos para formar los croissants depende de cada uno. No tengo ni la más remota idea de que tamaño me saldrán, pero parece que los he hecho bastante iguales.


Con la rueda de cortar pizza o un cuchillo afilado corto los triángulos y les hago un pequeño corte en la parte inferior gracias al cual puedo abrir un poco la base (estirando de las puntas) y les chafo un poco la punta para que no se levante demasiado al cocer. Comienzo a enrollar por la parte ancha sin presionar ni estirar, todo muy suave, y los coloco en una bandeja de horno dejando espacio suficiente para que crezcan. Los pinto con huevo batido intentando no tocar los bordes laterales, así las capas no se pegarán entre sí y subirán todo lo necesario.
 
Dejo que fermenten en un sitio que no haya demasiado calor para que no se funda la mantequilla y protegido de las corrientes de aire, pero sin cubrirlos. 

Los he metido en un armario.


Al cabo de dos horas han doblado su tamaño, aunque el tiempo varía de una a tres horas dependiendo de la temperatura. Los vuelvo a pintar con huevo batido, con suavidad cuidando que no se deshinchen y los horneo a 180º unos 20 minutos, pero el tiempo depende de cada horno … hay que probar y probar.

Los dejo enfriar sobre una rejilla y los coloco en el cestito.
Al verlos tan bonitos no me he podido resistir y he probado uno. Delicioso.
Bueno, ya están listos para el desayuno.

¿Desayuno???

¡Si ya son casi las dos del mediodía!!!!!

He tardado solo ocho horas para hacer dieciseis croissants.

Qué remedio, serán para la merienda.

1 comentario:

Cris dijo...

Jolín que buena pinta y encima que rápidos y fáciles de hacer

Te los copio para mañana seguro