miércoles, 20 de noviembre de 2013

¡A BEBER AGUA!


Ayer vino a comer una amiga y, como había decidido hacer un fricandó para el blog, le tocó comérselo.
No tenía ni idea si le gustaba o no, pero eso es lo que hay.

Necesito filetes bien tiernos de ternera, limpios de los rebordes de nervio y grasa y con formas redondeadas. 
He comprado tajo redondo de ternera. Digamos que 400 gramos para dos personas está bien. 

También necesitaré una bolsita de moixarnons secos, un tomate de colgar, media cebolla, harina, vino tinto, laurel sal y pimienta.


Los enharino y los frío vuelta y vuelta en una sartén con el aceite muy caliente. Los reservo.


En la misma sartén, con el aceite de freír la carne sofrío la cebolla hasta que esté cocida; añado un tomate rallado y echo un poco de vino.

Lo dejo unos minutos, lo pongo en un bol y lo trituro. 

Lo vuelvo a poner en la cazuela y le añado una cucharadita de harina y más agua. Lo llevo a ebullición y añado la carne. 

Bajo el fuego e incorporo las setas y cubro con más agua.

Le pongo sal y pimienta y lo dejo cocer tapado otros 45/60 minutos moviéndolo de vez en cuando para que no se pegue.

Cuando llegó mi amiga nos pusimos a charlar.
Me olvidé del fricandó. Corriendo le apagué el fuego. Pero, ay de mí, se había pegado un poco en el centro. Sin rascar la parte pegada de la sartén, saqué los trozos de carne de los lados y le puse por encima la salsa que no se había pegado. Lo probé. Un pelín fuerte de gusto (¿salado?). 

Ya se sabe, en la cocina no hay que distraerse.

Mi amiga, que es extremadamente educada, ha dicho que estaba un poco más sabroso de como suelo guisar, pero buenísimo.

¿Entre cotilleo y cotilleo, le habré echado sal dos veces?

Vamos, que nos pasaremos la noche bebiendo agua.

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