sábado, 23 de agosto de 2014

CIENTO Y LA MADRE


Ayer por la noche, mi “Brother & Company”, que ha venido otra vez a pasar unos días de vacaciones, organizó una cena multitudinaria. Invitó a mi otro hermano, su mujer y una de sus hijas y a la otra cuñada con su hijo. También vino mi hermana con su marido el alemán y su hija. Luego estaban mis padres, mi sobrina la de la mayonesa y yo. Total eramos un montón.

Mi madre se llevó las manos a la cabeza pero le dije que no se preocupara, que le solucionaría el problema. Hice de primero lasaña y de segundo chuletas de cerdo al horno con ensalada.

Necesitaré una pieza entera de chuletas de cerdo ibérico, panceta sin ahumar, cerveza, soja, vino, laurel, sal y pimienta.

 
 
Lo primero tengo que mechar la pieza con la panceta. Le hago unos agujeros y en ellos introduzco la panceta empujándola con el mechador. 
Aderezo con laurel y bastante sal y pimienta.


Ahora coloco el cerdo en una bandeja, le echo por encima la cerveza entera, un chorrito de aceite, un vasito de soja, dos de vino blanco y lo introduzco en el horno.

Lo de la cocción, no lo tengo muy claro pero explicaré lo que he hecho. Primero lo he puesto destapado a 200° un cuarto de hora. Luego le he bajado la temperatura a 170° y lo iba mirando. Al darme cuenta de que a la media hora se estaba quedando sin jugo, le he añadido otra cerveza, un poco de soja y un buen chorro de vino blanco y lo he tapado con otra bandeja de horno boca abajo. Al cabo de media hora le he dado la vuelta y, siempre tapado lo he dejado media hora más. Como tenía que poner la lasaña arriba, lo he colocado en la parte baja del horno, lo he vuelto a girar y he subido la temperatura a 200°. A los veinte minutos ya lo tenía todo listo.
Mientras comíamos la lasaña, lo he dejado tapado con el horno apagado para que no se enfriara. En total un poco más de dos horas de cocción, pero os aconsejo que vayáis controlando.

 
La verdad es que quedó buenísimo y me felicitaron. 

Espero que la próxima vez que lo haga me salga, como mínimo, igual que hoy: tierno, jugoso y sabroso. 

domingo, 17 de agosto de 2014

INTERMEDIO PUBLICITARIO

Como llevo días sin guisar y sin fotografiar las cosas que hace mi madre, esta es la mejor ocasión para hacer publicidad de los productos de nuestra huerta. Tomates, judías, calabacines, berenjenas, pimientos, pepinos, calabazas, cebollas, ajos,... ¿Quién da más?

La carretilla es de mi sobrinito. ¿A qué es una monada?

miércoles, 13 de agosto de 2014

CORRÍGEME CRIS, BITTE


Una de nosotras tres es alemana y hace una ensaladilla de su tierra para chuparse los dedos. Como no me acuerdo de lo que le pone, me la he sacado de la manga y la he hecho, como siempre, a mi manera. Ya me corregirá.

Con un par de patatas hervidas, salchichas de Viena, media cebolla, pepinillos, perejil, mostaza, vinagre, aceite, sal y pimienta, ya tengo suficiente.

 
Pongo a escaldar las salchichas y hiervo las patatas con piel.



Cuando está todo suficientemente frío, pelo las patatas y las corto a cuadraditos. Las salchichas las parto por la mitad y luego a rodajitas como el pepinillo, y la cebolla la corto muy pequeña.
Lo pongo todo en un bol y le añado el perejil picado. 

En el vaso de la trituradora pongo tres cucharadas de mostaza, dos de aceite, media de vinagre, sal y pimienta al gusto. Una vez mezclado se lo tiro por encima a la ensaladilla y remuevo.
Hala, ya tengo otro plato fresquito para este verano. 

viernes, 8 de agosto de 2014

ÉSTE SÍ QUE ES CHULO


Hace tiempo hice un aspic de gelatina con pollo, precisamente en el post “tembloroso segundo”. La verdad es que, a pesar de estar muy bueno, daba pena verlo. Hoy lo voy a hacer mucho más llamativo y espectacular, a ver si así a mi madre le apetece ya que últimamente está muy caprichosa.

He encontrado en la nevera un sobre de lacón, pues le añadiré unos pimientos escalibados, unas judías verdes y unos huevos duros. Color no le va a faltar.

Lo primero hago la gelatina. Con un litro y medio de agua, a la que le he añadido una hoja de laurel, unos granos de pimienta, tres cucharadas de salsa de soja, cuatro o cinco de vinagre de vino tinto y sal, sigo las instrucciones de los sobrecitos de gelatina neutra.

La dejo reposar hasta que esté a temperatura ambiente mientras hiervo las judías y corto a cuadraditos el jamón y el pimiento. Rebano los huevos duros y cuando están frías corto las judías dejando alguna entera para hacer un dibujo.



Voy a explicar el sistema sin fotos, pues con las prisas, me olvidé de hacerlas, solo tengo ésta del corte. Pongo más o menos un centímetro de gelatina en el fondo de un molde de silicona con agujero central. Lo dejo en la nevera hasta que esté duro. Ahora coloco las rodajas de huevo duro y las cubro con un poco más de gelatina. Es importante que la gelatina que voy añadiendo no esté caliente porque derretiría la de abajo y se saldrían los ingredientes. 

Lo dejo enfriar y le pongo una capa de judías y lacón procurando que no toque los bordes del recipiente. Lo cubro con un poco más de gelatina y dejo enfriar. En cuanto esté duro, suele tardar entre 10/15 minutos cada vez, coloco el pimiento a tiras y el resto de jamón, lo cubro todo con gelatina hasta que quede más o menos un centímetro por encima del relleno. Otra vez a la nevera, pero durante un mínimo de dos horas para poder desmoldarlo con tranquilidad.

Es hora de comerlo. Lo desmoldo y lo pongo en la fuente.
Mirar la diferencia de éste, con "bujero" y todo, al anterior.
¡Precioso! Cada día lo hago mejor, es que no tengo abuela…jajaja.

lunes, 4 de agosto de 2014

CULO VEO, CULO QUIERO


Ya sabéis que lo demasiado dulce no me gusta y he encontrado, en la panadería al lado de mi casa, unos bollitos de pan de leche buenísimos que combinan tanto con jamón como con mermelada. Cada vez que voy a Barcelona los compro pues me encantan. Ahora resulta que toda mi familia se ha aficionado y se los comen dejándome sin. ¡Serán puñeteros!
Ya tiene razón el dicho ”culo veo, culo quiero”. Total, que cada día se comen un paquete a la hora de la merienda. Mi madre, mi padre, mi sobrino, mi sobrina y mi hermana, y yo a dos velas.
¡Córcholis! Los compro para mí.
Pero, ay de mí, la panadería cerrará todo el agosto por vacaciones y, como soy muy astuta, he pensado en hacerlos. No tengo ni idea de cómo me saldrán pero lo voy a intentar recopilando e interpretando a mi manera todas las recetas que encuentre en internet.


Resumiendo, necesitaré 250 gr de harina de fuerza, 30 gr de azúcar más una cucharita de azúcar glass vainillado, 15 gr de levadura fresca, 25 gr de mantequilla, 150 gr de leche y un pellizco de sal. Luego, para pintarlos usaré un poco de leche y un huevo.

 




Al azúcar le añado una cucharadita de azúcar glass y remuevo. Desmenuzo la levadura en un bol y le añado dos cucharaditas de la mezcla de azúcares y 100 de leche templada. Remuevo y tapo para que se deshaga y empiece a fermentar un poquito, a veces hace una ligera espuma. En resto de la leche, también calentita, la añado al azúcar sobrante y le adjunto la mantequilla derretida.

En un cuenco pongo la harina, le hago un agujero central y le añado la mezcla de levadura, muevo un poco y le echo la de la mantequilla.
Trabajo la masa con las manos unos 15 minutos hasta que quede lisa, elástica y un poco pegajosa. 

La coloco en un bol tapada y la dejo levar unas dos horas en un sitio templado y sin corrientes de aire, como siempre yo la dejo en el armario que hay encima de la nevera.

 





Una vez doblado o triplicado su tamaño, la quito del bol y, la pongo sobre la mesa con muy poca harina.

Formo una especie de rulo alargado del cual voy cortando trocitos de aproximadamente 30 gr cada uno.

 
Ahora tengo que trabajarlos. Para eso he de coger la pasta por los bordes y girarla hacia dentro varias veces, así quedarán redondos y bien lisos. 

Luego los cierro apretando como si hiciéramos un fardo.

 








Los coloco en el papel de horno encima de la bandeja, los pinto con un poco de leche templada, los tapo y los dejo levar en el armario, hasta que doblen su tamaño, una hora aproximadamente.

Una vez que hayan levado, los pinto con huevo y los introduzco en el horno a 175° unos 10/15 minutos, o hasta que estén doraditos.

 
Ya están, los dejo enfriar y los coloco en un cestito.

Pueden venir todos a comérselos, con queso, jamón dulce, Nutella, mantequilla o mermelada. 

No son difíciles de fabricar, y si se los acaban, no me van a dejar sin, los puedo volver a hacer mañana.

sábado, 2 de agosto de 2014

TRANSPARENCIAS

He vuelto a derpertarme muy muy pronto, claro me quedé dormida a las diez. He abierto la nevera para desayunar, y he visto medio plato de ensaldilla que sobró de ayer. Si la dejo así va a hacer un montón de viajes de la mesa al frigorífico y al final se sabrá el camino de memoria e irá sola. No está mala, pues como ya he dicho es de ayer y, para no repetir plato, la voy a disfrazar.
En vista de que las transparencias están de moda, voy a hacer un plato transparente e impactante, a ver si así se acaba.

Necesito, la ensaladilla sobrante, jamón dulce cortado gordo, gelatina neutra, pepinillos, vinagre, soja, pimienta, clavos, laurel y sal.

Primero hago un litro de gelatina según las instrucciones pero, al agua que tiene que hervir, le añado dos cucharadas soperas de soja, tres de vinagre de vino tinto, unos granos de pimienta, dos o tres clavos, una hoja de laurel y sal al gusto. Lo mezclo y lo dejo a temperatura ambiente.

En una fuente lo suficientemente honda para que quepan los rollitos de pie, pero con suficiente margen para poder cubrirlos, pongo una capa de un centímetro de gelatina y la dejo enfriar en la nevera.


Ahora relleno las lonchas de jamón dulce como si fueran canelones obteniendo unos rollos que cortaré más pequeños y a los cuales les voy a poner una rodaja de pepinillo en cada lado, así evito que se salga la ensaladilla.

 







Cuando está suficientemente dura le dispongo encima los rollitos y les añado gelatina hasta media altura para que se solidifique y no floten. Lo vuelvo a introducir en la nevera y, a la media hora más o menos, los relleno hasta cubrirlos con un dedo de grosor de gelatina.

Los vuelvo a poner a la nevera y, en dos horas ya están listos.


Se pueden servir en la misma bandeja, pero me las he ingeniado para desmoldarlos. Lo ideal hubiese sido un molde de silicona, pero a falta de pan buenas son tortas. He colocado la fuente boca abajo y le he enchufado el secador de pelo para derretir un poco la gelatina que está en contacto con el cristal.
¡Ha funcionado!