lunes, 4 de agosto de 2014

CULO VEO, CULO QUIERO


Ya sabéis que lo demasiado dulce no me gusta y he encontrado, en la panadería al lado de mi casa, unos bollitos de pan de leche buenísimos que combinan tanto con jamón como con mermelada. Cada vez que voy a Barcelona los compro pues me encantan. Ahora resulta que toda mi familia se ha aficionado y se los comen dejándome sin. ¡Serán puñeteros!
Ya tiene razón el dicho ”culo veo, culo quiero”. Total, que cada día se comen un paquete a la hora de la merienda. Mi madre, mi padre, mi sobrino, mi sobrina y mi hermana, y yo a dos velas.
¡Córcholis! Los compro para mí.
Pero, ay de mí, la panadería cerrará todo el agosto por vacaciones y, como soy muy astuta, he pensado en hacerlos. No tengo ni idea de cómo me saldrán pero lo voy a intentar recopilando e interpretando a mi manera todas las recetas que encuentre en internet.


Resumiendo, necesitaré 250 gr de harina de fuerza, 30 gr de azúcar más una cucharita de azúcar glass vainillado, 15 gr de levadura fresca, 25 gr de mantequilla, 150 gr de leche y un pellizco de sal. Luego, para pintarlos usaré un poco de leche y un huevo.

 




Al azúcar le añado una cucharadita de azúcar glass y remuevo. Desmenuzo la levadura en un bol y le añado dos cucharaditas de la mezcla de azúcares y 100 de leche templada. Remuevo y tapo para que se deshaga y empiece a fermentar un poquito, a veces hace una ligera espuma. En resto de la leche, también calentita, la añado al azúcar sobrante y le adjunto la mantequilla derretida.

En un cuenco pongo la harina, le hago un agujero central y le añado la mezcla de levadura, muevo un poco y le echo la de la mantequilla.
Trabajo la masa con las manos unos 15 minutos hasta que quede lisa, elástica y un poco pegajosa. 

La coloco en un bol tapada y la dejo levar unas dos horas en un sitio templado y sin corrientes de aire, como siempre yo la dejo en el armario que hay encima de la nevera.

 





Una vez doblado o triplicado su tamaño, la quito del bol y, la pongo sobre la mesa con muy poca harina.

Formo una especie de rulo alargado del cual voy cortando trocitos de aproximadamente 30 gr cada uno.

 
Ahora tengo que trabajarlos. Para eso he de coger la pasta por los bordes y girarla hacia dentro varias veces, así quedarán redondos y bien lisos. 

Luego los cierro apretando como si hiciéramos un fardo.

 








Los coloco en el papel de horno encima de la bandeja, los pinto con un poco de leche templada, los tapo y los dejo levar en el armario, hasta que doblen su tamaño, una hora aproximadamente.

Una vez que hayan levado, los pinto con huevo y los introduzco en el horno a 175° unos 10/15 minutos, o hasta que estén doraditos.

 
Ya están, los dejo enfriar y los coloco en un cestito.

Pueden venir todos a comérselos, con queso, jamón dulce, Nutella, mantequilla o mermelada. 

No son difíciles de fabricar, y si se los acaban, no me van a dejar sin, los puedo volver a hacer mañana.

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