miércoles, 1 de mayo de 2013

AJO AL DATO


Últimamente el ajo crudo me hace mucha compañía. Si lo como al mediodía, se toma el té de las cinco con las galletas. Si lo ceno, a la mañana siguiente se pasea por el café con leche.


Sé que le pasa a muchas personas que conozco, a parte los que son directamente alérgicos, pues tengo un truquillo que no suele fallar.
  
Por ejemplo, en el pesto del otro día, en vez de triturarlo con el resto de ingredientes, lo sumergí en la salsa y lo dejé reposar para que le diera aroma y sabor.


También en los guisos y en otras salsas lo sofrío entero, vigilando que no se desmenuce, y al final siempre lo quito.
Lo veré, lo saborearé pero no lo repetiré.


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