Lunes de Pentecostés. Día
de fiesta. Aburrimiento total. Voy a inventarme algo.
Tengo un melocotón que
me mira hace tres días, precisamente desde el viernes, y antes de que se vaya
por su propio pie lo voy a usar para hacer algo.
Para un pastel no da, a
menos que no sea para mi gato Tuli, aunque tengo la sensación que no lo va a
apreciar.

La masa, es la misma del
bizcocho pero sin añadir leche, y el procedimiento el mismo de la tarta
desordenada.
Las cantidades son: un
huevo grande, dos cucharadas y media de azúcar, dos y media de harina, medio
sobre de levadura, unos 25 gramos de mantequilla y por supuesto el melocotón
pelado y cortado pequeñito.
Bato el huevo con el
azúcar, añado la harina con la levadura, la mantequilla y vuelvo a batir.
Pruebo con el horno a
170 grados media hora. No pongo la temperatura a 180 porque mi horno no es muy
grande, da vueltas y es muy compacto con lo cual calienta muy deprisa y muy
uniformemente.
He ido a ver que pasa.
De momento están
subiendo muy bien, tanto que se están pegando entre sí. Eso es que se quieren
mucho o, seguramente, que he puesto demasiada masa en cada molde.
Faltan cinco minutos.
La incógnita se huele en
el aire y lo del horno también.
Ya están. Ahora, en
cuanto se enfríen las desmoldo y las pruebo.
Falta una porque me la
he comido.
A mi churumbel le han gustado mucho. Para mí están
demasiado dulces. La próxima vez le pondré la mitad de azúcar.
Las he puesto boca abajo
para ponerle lo único que tenía en casa para decorar: unos huevitos de chocolate.
Ya lo he dicho: inventos
del TBO.
1 comentario:
De inventos del TBO nada de nada, aprovechas las sobras o lo que está a punto de pasarse para hacer lo que más convenga. Todas hacemos lo mismo y más en la economía de guerra que practicamos.
Saludines.
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