A raíz de la receta de
ayer, se me ha ocurrido mostrar dos truquitos para pelar mejor los tomates.
Y, a pesar de que no abre este blog
ni por equivocación, sigo teniendo la ilusión de que un día haga una de mis
recetas.
La esperanza es lo último
que se pierde.
Manos a la obra.
Si los tomates que
tenemos que pelar son maduros, es suficiente pasarles el dorso del cuchillo presionando para
que así la piel se separe, luego son muy fáciles de pelar.
Si en cambio no están en
su punto, los introducimos unos segundos en agua hirviendo, los pasamos por
agua fría y así se quita la piel en un santiamén.
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