martes, 24 de septiembre de 2013

MEJOR ACOMPAÑADA


Ayer por la noche a la hora de cenar abrí la nevera para hacerme un steak tartar con una preciosa carne picada super limpia que había comprado por la mañana.
El problema era que no sabía con qué la podía acompañar.

Me acordé que a la carne cruda le quedan estupendamente las patatas fritas, pero las quería diferentes.









Total, cogí una patata que para mí ya era suficiente, la corté a cuadraditos y la sofreí a fuego lento con aceite y mantequilla y romero.

Escurridas, al plato y un poco de sal gorda por encima. 

Quedaron estupendas, tiernas por dentro y crujientes por fuera. 

Con el suave aroma del romero que le daba un aire campestre. 

Toda una cena en buena compañía.

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