domingo, 19 de enero de 2014

¡PUAAAJ!


Tenía ganas de verde y he hecho una crema de espinacas.

Necesité, un manojo de espinacas frescas, un tomate de colgar, una ramita de apio, una zanahoria, media cebolla, aceite, sal y pimienta. Normalmente le pongo un trozo de calabaza par darle un toque más suave, pero como no tenía la substituí por un puñado de ensalada Trocadero, esa que parece una rosa y que antes la llamaban francesa.

En una olla con tres cucharadas de aceite pocho la cebolla. Luego añado el resto de verduras, el apio, el tomate, la zanahoria y las espinacas, reservando la ensalada para el final. Lo cubro de agua y lo llevo a ebullición. Lo tapo y lo dejo hervir una media hora. Añado un puñado de ensalada y lo dejo cocer un cuarto de hora más.

En el túrmix lo trituro a velocidad máxima añadiendo poco a poco un chorro de aceite para que coja un aspecto aterciopelado.

Y ahora viene lo bueno.

Como había leído en Internet una receta de chips de espinacas, me pareció divertida y decidí copiarla.
Según explican, solo necesito espinacas, sal, pimienta y papel de horno.

Tenía que: elegir las hojas pequeñas y bonitas, lavarlas y quitarles el tallo; secarlas muy bien para que quedaran crujientes; disponerlas bien separadas sobre el papel en la bandeja del horno; ponerles sal al gusto y un poco de pimienta en polvo; introducirlas en el horno a 170° de 8 a 12 minutos según horno.
Al final tienen que quedar crujientes como chips y finas como hojas de papel. Hice varias tandas y dejé que se enfriaran.

Las puse de pie en mi plato para hacerles la foto y comerlas con la crema.

Puaaaj, puaaaj… ¡Vaya porquería! Amargas a más no poder. Malísimas. 

Menos mal que la crema, “sola”, estaba deliciosa.
O sea, otra receta de Internet para tirar al container.

Me reafirmo en lo dicho anteriormente: las recetas de internet son un timo.

Menos las mías, claro. Jejeje.

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