miércoles, 1 de enero de 2014

PARA LLORAR


Ya llegó el 2014. Espero que sea un año estupendo para todos.

Para mí empieza, como siempre, en la cocina. Para llorar de alegría,  de cansancio o de pena.

Vienen a comer mi hijo y mi primo, y como ayer por la noche me sobró un buen bol de caldo, voy a hacer una sopa de cebolla. De paso, aunque tenga los ojos hinchados de tanto llorar por tener que estar otra vez cocinando, les diré que es por culpa de las cebollas… ¿o de la resaca?

Esto es lo que voy a usar para tres personas: 
500gr de cebollas cortadas en aros muy finos, 30gr de mantequilla, dos cucharadas soperas de aceite, ½ cucharita de café de azúcar, 1 lt de caldo de carne, 3 cucharadas soperas de coñac, ½ cucharada de café de mostaza francesa, 6 rebanadas de pan de barra de unos 2cm de espesor, 75gr de gruyere rallado.

 
Saco el caldo de la nevera y, con una espumadera le quito la capa de grasa de encima. Lo dejo calentar a fuego lento mientras sigo preparando el resto de los ingredientes. 


En una olla grande y baja, derrito la mantequilla, el aceite y el azúcar y sofrío a fuego bastante lento la cebolla, cortada muy fina, durante unos 15/20 minutos, removiendo constantemente hasta que quede ligeramente dorada.
Añado el caldo poco a poco revolviendo. Lo llevo a ebullición, lo tapo y lo dejo cocer durante una hora a fuego lento hasta que se reduzca.

Apago y añado el coñac y la mostaza, remuevo, arreglo de sal y pimienta y lo reservo.
Enciendo el horno y tuesto las rebanadas de pan. Las unto por un solo lado de mantequilla y las pongo en cada uno de los cuencos soperos resistentes al calor.



Ahora les añado el caldo y espero a que el pan ascienda. 

Espolvoreo el gruyere rallado por encima y los introduzco a gratinar en el horno hasta que el queso se dore y burbujee.

Ya está lista, en su tazón con leones en vez de asas. Me los vendieron especialmene para la sopa de cebolla.

¡Mucho ojo al comerlo!
Quema que es un contento.

Envío mi primer beso del 2014 a todos mis internetbloguenses.

1 comentario:

Carmen F. dijo...

¡Como me abrasaría la lengua ahora!
Que rico debe estar.