viernes, 17 de enero de 2014

DE COMPRAS


Ayer vino mi hermana a verme y me preguntó que si tenía un “chafapatatas” de más. Lógicamente no tenía ningún otro. ¿Qué iba a hacer con dos?
Pues nos fuimos de compras de “chafapatatas”.
Tuvimos una suerte increíble. Justo al cruzar la calle nos metimos en CASA VIVA, la tienda de cosas para la casa que tengo enfrente, y lo encontramos.
No es como el mío, pero compró dos para que su marido, “el alemán”, chafara las “Kartoffeln” a dos manos.

Decidimos hacer unas albóndigas sin salsa para estrenar el aparato.
Tenía unos 150gr de ternera y 150 de cerdo picados. Utilicé también una patata, un cuarto de cebolla, un huevo mediano, un poco de leche, unas ramitas de perejil, harina, aceite, mantequilla, sal y pimienta.

Lo primero herví la patata que, una vez pelada, resultó pesar unos 100gr. Mientras en una mini sartén, con muy poca mantequilla, puse el cuarto de cebolla picado, pesaba 30gr, a pochar y dorar.

 







En un bol puse la patata y la chafé con el aparato nuevo. Aunque tiene los agujeros más grandes que el mío, funciona perfectamente.

Le añadí un poco de leche y un pellizco de mantequilla. Luego el perejil picado, el huevo y la cebolla doradita. Removí y le añadí la carne. Una vez mezclado corregí de sal y pimienta y lo puse a reposar en la nevera pues lo notaba un poco demasiado blando. Al cabo de una hora, hice las albóndigas, las enhariné y las cociné con mitad aceite y mitad mantequilla, vigilando que no se quemaran.

La verdad es que sí eran bastante blandas, ya se ve, en vez de redondas salieron un poco achatadas. 

Seguramente le eché demasiada leche, pero estaban muy tiernas, jugosas y delicadas.

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