Es mi receta
del Tiramisù al Marsala, pero como no me gusta poner como título la receta lo
he traducido…como siempre…a mi manera
Es un postre
de origen incierto, de hecho tres regiones italianas se quieren adjudicar el
invento. Pero la versión oficial coloca el nacimiento del Tiramisù en Siena en
el siglo XVII en honor a Cosimo de Medici Granduque de la Toscana. La leyenda
cuenta también que este postre tenía poder excitante y afrodisíaco, de allí el
nombre: Tiramisù, o sea “levántame.”
Otra versión
se la adjudica la ciudad de Turín que dice haberlo inventado en honor a Camillo
Benso Conde de Cavour para sostenerlo en la lucha de la unificación de Italia.
También la
región de Venecia quiere participar y dice que fue inventado en el restaurante
“El Toulà” que estaba situado cerca de una casa cerrada y que se servía adrede
para levantar; esta explicación no la he entendido muy bien, no sé si levanta la
casa de al lado, o los comensales de la mesa para que vayan a levantar la casa.

Mejor me dejo
de historias y me meto en la cocina. Voy a intentar hacer poco, una o dos
raciones, pues me parece que me lo voy a tener que comer yo solita.
Por lo tanto
utilizaré la sexta parte de la receta.
Savoiardi o
bizcochos o melindros los que necesite
6 huevos para
seis personas, yo 1 huevo
120gr para
seis, yo 20 gramos de azúcar
500gr para
seis, yo 75gr de mascarpone
cacao puro en polvo
café espresso
Marsala seco
o Oporto (opcional)
Lo primero
preparo un buen café, le añado un chorro de Marsala y lo dejo enfriar. En él mojo los
bizcochos por ambos lados, vuelta y vuelta rápida sin
dejar que se reblandezcan y coloco una capa en el fondo de la copa.
Ahora
preparo la crema. Pongo la yema del huevo en un bol con el azúcar y lo bato
hasta que quede espumoso.
La añado el
Mascarpone y una cucharada de Marsala, y vuelvo a batir.
En otro
recipiente monto la clara hasta que esté durísima, para comprobarlo solo tengo
que darle la vuelta al bol y, si no se cae es que está perfecta. Si se cae o la coges del suelo o hay que volver a hacerla.
Mezclo las
dos cosas con una cuchara muy delicadamente, de abajo a arriba, para que no se
desmonte hasta que consigo una crema suave.
Es el
momento de montar el dulce.
Encima de
los bizcochos pongo una capa de crema y una espolvoreada de cacao puro y, si
quiero y me quedan ingredientes, puedo hacer una segunda capa.
Me han
salido dos copas de dos capas. Bien. Así tengo para dos veces.
Lo pongo a
la nevera y al cabo de unas horitas estará perfecto.
En efecto,
tal y como lo he titulado va de rechupete. Como sé que lo tengo en la nevera,
la sola idea de poder comérmelo me “levanta del sofá” para ir a buscar uno y
saborearlo viendo la serie de turno.
P.D.: si
gusta más dulce, se puede azucarar el café y usar moscatel, y los bizcochos Artiach para sustituir los Savoiardi.
2º P.D.: la
receta original no lleva vino de ninguna clase…jijiji…¡qué mala soy! Pero que bueno está.