martes, 4 de junio de 2013

¡VAYA DÍA DE M…..!


Después de la receta tan seria que escribí el sábado, no he podido resistir la tentación de explicar el día que tuve ayer.

Por la noche tenía invitados. Vinieron mis hijos y mi nuera a cenar. Por supuesto quería que cenasen divinamente.
Pensé en hacer gazpacho, ensalada variada, scaloppine de pollo al limón, fresones al gusto y tarta de cerezas.
Me fui a comprar y como siempre me llevé medio supermercado. Cuando llegué a casa con tres bolsas llenas de productos harto pesadas y apreté al botón del ascensor, ni siquiera parpadeó. Me fui al otro ascensor y me hizo la misma jugarreta.

Interrogado el portero sobre tal calamidad, me contestó que estaba llamando los ascensoristas desde hacía un cuarto de hora para que viniesen urgente.
Me armé de valor y subí los tres pisos a pie.
Entrada en casa me tiré en el sofá… las piernas ya no existían.

Recuperada ya, me fui a la cocina a hacer el postre, una especie de plum cake con unas cerezas que me dio ayer mi madre y que estaban madurando muy deprisa.
¡Vaya ocurrencia!
Tardé casi una hora en deshuesar y cortar cerezas, había casi un quilo, y quedaron un poco más de 600gr limpios.
Bueno, al final acabé.


Preparé la masa, con dos huevos, tres cucharadas de azúcar batidos.

Luego tres cucharadas de harina, un poco de ralladura de limón y un sobre de levadura. 

Finalmente la mantequilla derretida y todo batido.

¡Me olvidé del molde y de encender el horno!


Encendí corriendo el horno a 180. “Enmantequillé y empanrallé” el molde hondo, le puse la masa y luego le tiré dentro las cerezas.


Como también me olvidé de mezclarlas con la masa, se me ocurrió empujarlas para abajo y removerlas.

Lo puse en el horno y cuando llevaba 15 minutos saltó la luz.

El recibo lo acabo de pagar y los plomos están bien, no es pues mi culpa, pensé.

Al abrir la puerta de casa me di cuenta que no había luz en todo el edificio.

¿Qué hago con el pastel?



Ni siquiera podía entrar en Internet para ver si me daban una solución. Tampoco podía triturar el gazpacho. Pues nada, a esperar.
¿Sabéis qué? Me volví a la cama con un libro.

Siete y media de la tarde, llega la luz. 

¡Bendita sea!

Enciendo el horno en el cual estaba el pastel descansando, como yo desde las doce, y a los diez minutos se vuelve a cortar la luz.

¡Maldición!



A la media hora vuelve y lo vuelvo a encender.
Por fin, han pasado los 45/50 minutos a 180 grados y lo saco.
Lo he desmoldado y es horrible, se ha roto, pegado y desmigado.
Lo arreglo como puedo, y lo pruebo: malo no es pero bueno tampoco, las cerezas están crudas.

Menos mal que el resto de la cena me salió muy bien.

Esta es la foto final del PLUM-CACA.
Consejo gratuito: no hacer pasteles sin luz.

3 comentarios:

EL CRAC dijo...

Jajajajaja ¡Hasta la compañía eléctrica te putea!
Vaya birria de pastel te salió. Jajajajajaja

Anónimo dijo...

Ja,ja....esto es lo q tiene la cocina!no todo sale a la primera o como a uno le gustaría.me encanta tu sentido del humor!

Moi dijo...

Ja, ja, ja. Me has hecho reír con ganas. Está claro que no era tu día pastelero o si... dependiendo de como se mire. Ja, ja, ja.
Yo de ti reclamaría a la compañía eléctrica, ya que lo has escrito envíales el link y a ver qué dicen.

Bueno me largo, que ya se me ha vuelto a echar el tiempo encima.