DALE TIEMPO

Hoy sábado tengo más tiempo, y voy a hacer un tipo de focaccia que es muy típica de la Liguria.

Los ingredientes son: 330gr de harina de fuerza, 170gr de agua, 12gr de levadura fresca de cerveza, 20gr de aceite de oliva y 1 cucharita de té de sal.

Poner en un bol la harina y añadir la levadura deshecha en el agua tibia, el aceite, la sal y remover. 

Cuando esté empastado trabajar la masa hasta que quede homogénea.

Formar una bola, hacerle dos cortes en forma de cruz y depositarla en un bol hondo previamente enharinado.

Cubrir con plástico transparente y dejar levar en un sitio templado unos 45 minutos. 

La suelo poner en uno de los armarios de la cocina encima de la manta eléctrica, así aunque haga frío siempre leva igual.

En un vaso preparar una emulsión de agua y aceite a partes iguales.

Cubrir una bandeja con papel de horno espolvoreado de harina.

Para extender la masa es más fácil si la cogéis por las esquinas y la vais dejando caer ya que, por su propio peso, se va extendiendo. 

Una vez colocada en la bandeja acabáis de extenderla con las manos, le hacéis unas muescas con el nudillo o con la parte trasera de una cuchara de madera y la pintáis con la emulsión de aceite y agua.

Tapar con film transparente y dejar levar otros 45 minutos.

Precalentar el horno –si puede ser sin ventilación- a 250 grados.

Cuando ha levado la segunda vez -no importa si os despistáis y está más tiempo del marcado, lo importante es que haya levado bien- se le pone por encima una cebolla cortada, unas olivas verdes grandes y romero.

Se introduce en el horno a 250 grados dejando cocer unos 10/20 minutos, depende del horno. En la cocción influye mucho el tipo de horno, en casa de mi madre en 13 minutos ya está lista, en mi horno, como es de aire, unos 20.

Para controlar, pasados los primeros 13 minutos, se puede abrir el horno y tocar los lados para ver si ya están cocidos y ligeramente crujientes.

Es una receta perfecta para poner de aperitivo o al sitio del pan. 

Reconozco que es un poco larga de hacer pues necesita tiempo, pero no mucha mano de obra, por lo cual yo la definiría sencilla. 

Una ventaja es que si no viene nadie a comer, la cortas a trozos, la envuelves en film transparente y la congelas. 

Luego con ponerla encima del tostador o en una sartén a fuego lento la puedes calentar para la merienda.