
A ver. Hay un sobre de
colas de gambas grandes congeladas pero no tiene fecha. Luego las descongelaré
para saber si están buenas porque no me acuerdo de cuando las compré.
¡Ay esa memoria de
mosquito!
Las salchichas no tienen
ni dos semanas, la pasta de lasaña, que también he congelado por si no la
utilizaba y encima está en su envoltorio original, caduca el 15 de septiembre. Los cubitos de hielo no
hace falta que los guise y los ceps tienen fecha del 2015.
También veo un paquetito
de salsa boloñesa, esa sí que sé de cuando es, de la semana pasada. Está buena.


Dejo descongelar la
salsa boloñesa. Hiervo unos 8 minutos los calabacines. Los parto por la mitad
los vacío y los pongo boca abajo encima del papel absorbente.
Mezclo y los rellenos.
Les rallo parmesano por encima y al horno hasta que estén dorados.
Resultado: rápido, sin ensuciar, buenos y
jugosos.
1 comentario:
Eso es ahorrar, el resto moco de pavo.
Si tengo que hacer todo eso por dos calabacines de los que le robo a mi suegra del huerto... antes los tiro. Lo sé, soy una vaga...
AÑADO: no un robot que, por cierto, me ha llamado bruja. Ja, ja, ja
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