miércoles, 3 de julio de 2013

LEVÁNTAME DEL SOFÁ


Es mi receta del Tiramisù al Marsala, pero como no me gusta poner como título la receta lo he traducido…como siempre…a mi manera

Es un postre de origen incierto, de hecho tres regiones italianas se quieren adjudicar el invento. Pero la versión oficial coloca el nacimiento del Tiramisù en Siena en el siglo XVII en honor a Cosimo de Medici Granduque de la Toscana. La leyenda cuenta también que este postre tenía poder excitante y afrodisíaco, de allí el nombre: Tiramisù, o sea “levántame.”

Otra versión se la adjudica la ciudad de Turín que dice haberlo inventado en honor a Camillo Benso Conde de Cavour para sostenerlo en la lucha de la unificación de Italia.

También la región de Venecia quiere participar y dice que fue inventado en el restaurante “El Toulà” que estaba situado cerca de una casa cerrada y que se servía adrede para levantar; esta explicación no la he entendido muy bien, no sé si levanta la casa de al lado, o los comensales de la mesa para que vayan a levantar la casa.

Mejor me dejo de historias y me meto en la cocina. Voy a intentar hacer poco, una o dos raciones, pues me parece que me lo voy a tener que comer yo solita.

Por lo tanto utilizaré la sexta parte de la receta.

Savoiardi o bizcochos o melindros los que necesite
6 huevos para seis personas, yo 1 huevo
120gr para seis, yo 20 gramos de azúcar
500gr para seis, yo 75gr de mascarpone
cacao puro en polvo
café espresso
Marsala seco o Oporto (opcional)



Lo primero preparo un buen café, le añado un chorro de Marsala y lo dejo enfriar. En él mojo los bizcochos por ambos lados, vuelta y vuelta rápida sin dejar que se reblandezcan y coloco una capa en el fondo de la copa.

Ahora preparo la crema. Pongo la yema del huevo en un bol con el azúcar y lo bato hasta que quede espumoso.
La añado el Mascarpone y una cucharada de Marsala, y vuelvo a batir.
En otro recipiente monto la clara hasta que esté durísima, para comprobarlo solo tengo que darle la vuelta al bol y, si no se cae es que está perfecta. Si se cae o la coges del suelo o hay que volver a hacerla.
Mezclo las dos cosas con una cuchara muy delicadamente, de abajo a arriba, para que no se desmonte hasta que consigo una crema suave.

Es el momento de montar el dulce.
Encima de los bizcochos pongo una capa de crema y una espolvoreada de cacao puro y, si quiero y me quedan ingredientes, puedo hacer una segunda capa.

Me han salido dos copas de dos capas. Bien. Así tengo para dos veces.
Lo pongo a la nevera y al cabo de unas horitas estará perfecto.
En efecto, tal y como lo he titulado va de rechupete. Como sé que lo tengo en la nevera, la sola idea de poder comérmelo me “levanta del sofá” para ir a buscar uno y saborearlo viendo la serie de turno.

P.D.: si gusta más dulce, se puede azucarar el café y usar moscatel, y los bizcochos Artiach para sustituir los Savoiardi.

2º P.D.: la receta original no lleva vino de ninguna clase…jijiji…¡qué mala soy! Pero que bueno está.

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