viernes, 19 de julio de 2013

UVE


¿Os acordáis de la serie de televisión V, que eran unos extraterrestres estilo serpiente?
Pues no tiene nada que ver.
Es sencillamente la inicial de vegano, ya que esta receta no lleva ningún alimento de origen animal.
También sirve para los vegetarianos.

Saco del congelador una bolsa de tomate congelado de mi madre para que no esté tan dura.
En la picadora trituro una zanahoria, una cebolla y una ramita de apio. 

En la sartén honda antiadherente pongo aceite, romero y laurel. Lo sofrío procurando que no se queme. 

Luego le añado el calabacín, también triturado, y dejo que se haga un poco. Lo añado más tarde porque el calabacín se cuece más rápido y si no quedaría demasiado deshecho.

¡Me olvidaba! Siempre voy probando y salpimentando a mi gusto.

Cuando está un poco dorado le pongo el tomate congelado.
Como todavía no está descongelado del todo se me ha ocurrido clavarle un cuchillo para romperlo, esto va muy bien para partir el tomate y para rayar la sartén. Intentar no hacerlo, es un consejo tonto.

Cuando empieza a hervir le bajo el fuego, lo tapo y lo dejo una media horita, revolviendo de vez en cuando.



Fíjate que cuando sofrío lo hago directamente sobre el fuego, pero cuando cuezo le pongo el difusor de calor. Esto evita que se pegue al fondo.

Ya tenéis la salsa lista para hacer una lasaña, poner encima de un plato de pasta o de arroz o para cualquier uso que nos venga en gana.

Hoy voy a hacer unos lacitos de pasta y así acabo el paquete que estaba abierto.

No hay comentarios: