sábado, 20 de abril de 2013

MEDIODÍA DE LECTURA


Me encanta leer, pero estos no son ediciones de bolsillo si no que son mis libritos de lomo del Ral. Digo “mis” porque difieren un poco de los normales. 


La primera diferencia está en el relleno. Harta de que al freírlos se saliera el relleno, el librito quedara seco y la sartén llena de queso fundido, se me ocurrió envolver el queso con el jamón como un paquete regalo. Tardan un poco más en hacerse, pero el resultado es, como diría Jesulín en dos palabras, im-presionante. La sartén no tiene pegotes y el librito está lleno y jugoso.


La segunda variación es que los frío, en una sartén antiadherente, con aceite y mantequilla, añadiendo una ramita de romero. La mantequilla hace que el lomo quede más jugoso y el romero le da un toque especial, y si está bien crujiente es muy rico (para quien le gusten las hierbas).

Como sabéis existe la licencia poética: infracción de las leyes del lenguaje o del estilo que puede cometerse lícitamente en la poesía; pues voy a inventar una licencia culinaria de baterías de cocina: las sartenes y las ollas dejarán de tener asas y mangos en las fotos. 

Me encanta trabajar con el Photoshop pero...¡Estoy harta de recortar las imágenes!

Lógicamente, puesta a hacer libritos, que es un rollo, siempre hago muchos y los congelo por si acaso. 
Los envuelvo uno a uno con el film transparente y los pongo en el congelador, así si los necesito los saco una media hora antes y los tengo listos para cocinar. Ya pueden venir invitados imprevistos que estoy preparada.


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