Hoy libro, no viene nadie
a comer. Pero, para complicarme un poco voy a hacer otro tipo de focaccia que
es muy típica de la región de Génova.
Ingredientes para la masa son
los mismos que para la receta “Dale tiempo”, y el procedimiento también.
Pongo en un bol la harina
y añado la levadura deshecha en el agua tibia, el aceite, la sal y empasto.
Cuando está homogénea formo una bola, el hago dos cortes en forma de cruz, la
cubro con plástico transparente y la dejo levar unos 45 minutos en uno de los
armarios de la cocina encima de la manta eléctrica.
Para la salsa original
necesito tomate, olivas negras, anchoas y ajo, aunque en mi versión sustituyo
el ajo por cebolla y las anchoas por alcaparras.
Sofrío media cebolla
en tres o cuatro cucharadas de aceite, cuando esta trasparente le añado el
tomate y lo dejo cocer más o menos unos diez minutos. Le añado unas pocas
alcaparras y unas cuantas olivas negras deshuesadas y lo dejo un par de minutos
más, apago y reservo.
Cubro la bandeja con papel
de horno y un poco de harina y extiendo la masa. La cojo por las esquinas y la
voy dejando caer dando la vueltas para que se agrande. Una vez colocada en la
bandeja acabo de extenderla con las manos.
En un vaso preparo una emulsión e agua y aceite a partes iguales. Le hago unas muescas con
el nudillo o con la parte trasera de una cuchara de madera, y la pincelo con la
emulsión de aceite y agua.
Tapo con film transparente
y a levar otros 45 minutos.
Precaliento el horno a 250
grados.
Cuando ha levado la segunda vez distribuyo la salsa por encima y la dejo cocer unos 10/20 minutos, depende del horno.
Y así de bonita ha quedado.
Ahora la cortaré a trozos, la envolveré en film transparente y la congelo.
¡Gracias congelador!
1 comentario:
No te preocupes, es una pequeña complicación sin importancia, aunque he tenido que escribirla dos veces.
Esta receta la pongo en marcha en cuanto tenga la mano bien del todo.
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